¿Qué han hecho los socialistas con Andalucía en los más de treinta años que llevan en el poder en esta autonomía? Pues, además de transformarla en su cacicato particular, en el que la corrupción y la compra de votos alcanza niveles de verdadero escándalo, la han convertido, gracias a sus políticas, no sólo en la región más pobre de España, sino también en una de las más atrasadas de la Unión Europea, lo cual ya es mucho decir de una zona del mundo que incluye a países como Rumanía o Bulgaria cuya renta apenas supera el 30% de la media comunitaria.
Mientras todas las demás comunidades españolas han ido avanzando y desarrollándose, hasta el punto de que sólo quedan cuatro de ellas dentro de las regiones "Objetivo Convergencia de la UE" –aquellas cuya renta no supera el 75% del promedio de la UE–, y dos de ellas (Galicia y Castilla-La Mancha sólo por décimas), Andalucía sigue hundida en el retraso y ni de lejos podrá acercarse en los próximos años a esos niveles. En la región, la tasa de paro es de casi el 30%, frente a una media nacional del 21,3% a causa del PER, que consagra el desempleo en el medio rural mientras tienen que venir inmigrantes a ocupar los puestos de trabajo que los andaluces rechazan, y la Comunidad no avanza en términos de desarrollo económico a pesar de ser una de las principales zonas turísticas de nuestro país. ¿Qué mal le aqueja? Pues, ni más ni menos que un exceso de socialismo.
El PER consolida el paro, la Junta de Andalucía se mete en todo y en todas las empresas en las que puede, sin apenas dejar margen para el desarrollo de la iniciativa privada. El sector público está más que engordado de forma artificial hasta el punto de que los ingresos de uno de cada diez andaluces dependen directamente de él. Para financiar todos estos desmanes, junto con una corrupción galopante, Andalucía es una de las regiones de España con mayor presión fiscal. Es, también, la autonomía de los EREs fraudulentos y, por si no bastara con ello, ahora la Junta acaba de convertir en funcionarios, por decreto, a los más de 30.000 contratados laborales de las empresas públicas para que, si el PSOE pierde el poder, el PP no pueda despedirlos. Y todo ello con el aplauso de unos sindicatos que también tienen mucho que ver con la situación de enorme atraso de los andaluces.
Andalucía no tiene remedio, porque dudo mucho de que si el PP llega al poder allí, y a nivel nacional en 2012, vaya a cambiar realmente las cosas. ¿Hasta cuándo vamos a tener que seguir pagando el resto de españoles tanta corrupción y tanto desmadre caciquil? ¿Qué día vamos a dejar de alimentar la consolidación firme del atraso socioeconómico de una región más propia del Tercer Mundo que de un país avanzado?