El responsable del fondo de rescate de la Unión Europea, Klaus Regling, ha descartado el riesgo de que España se vea forzado a solicitar la ayuda de sus socios como sí ha sucedido con otros países de la eurozona, mientras que ha acusado a los bancos de impulsar el debate sobre una posible reestructuración de la deuda de Grecia para obtener más beneficios a través de comisiones.
El debate sobre la reestructuración de la deuda griega "está alimentado sobre todo por los medios y por los bancos, que saben que pueden ganar mucho dinero ayudando a montar esta operación", asegura Regling en una entrevista al diario francés 'Les Echos'. Los bancos "se acuerdan de las grandes comisiones que recibieron en los años 90 en América Latina y Asia", critica el responsable del fondo de rescate.
Tanto la Comisión, como el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), resalta Regling, "consideran que el plan de consolidación presupuestaria (de Grecia) puede tener éxito sin reestructuración de la deuda". A su juicio, la reestructuración debe ser "el último recurso".
Por lo que se refiere al plan de rescate de 80.000 millones de euros que la UE y el FMI preparan para Portugal, Regling explica que el FMI aportará un tercio de los fondos y que el 10% de la ayuda se destinará a la reestructuración del sector bancario. El responsable del fondo de rescate descarta que el nuevo Gobierno finlandés vaya a vetar el rescate de Portugal.
Al ser preguntado por si los resultados de las pruebas de estrés a la banca que se publicarán en junio podrían provocar un nuevo contagio de la crisis de deuda a España que obligue al rescate, Regling descarta este riesgo. "El ratio de la deuda española es 20 puntos inferior al de Alemania, el 60% frente al 80% del PIB", explica.
"E incluso si se cumplen las estimaciones más alarmistas, el dinero necesario para apoyar al sector bancario español no excederá el 10%. Nada que ver con el 30% que ha necesitado el salvamento del sector financiero irlandés", concluye.