La deuda soberana de EEUU ha perdido esta semana su condición de intocable. Hasta hace unos días, casi nadie se atrevía a dudar de que el Tesoro norteamericano podría pagar sin problemas a sus acreedores. En Libre Mercado, ya publicamos hace unos días que la situación de las cuentas públicas estadounidenses es insostenible. Tal y como anticipaba Bill Gross, el Gobierno tendrá que recurrir a la inflación, a la devaluación o a unos tipos de interés muy bajos.
Sin embargo, el lunes esos cimientos que la versión oficial describía como completamente sólidos comenzaron a moverse ligeramente. No ha sido un gran temblor, apenas el anuncio de S&P, una de las principales agencias de calificación, de que la deuda pública estadounidense pasaba a estar en perspectiva negativa. No es una rebaja, pero sí una advertencia: o hacen algo o podrían perder la aparentemente intocable Triple A.
Nada más conocerse la noticia, comenzaron las reacciones. Por parte del Gobierno de Barack Obama, fue el secretario del Tesoro, Tim Geithner, el que salió a la palestra para descartar cualquier riesgo de que su país pueda perder la máxima nota de solvencia. Sin embargo, su máximo acreedor parece no estar tan tranquilo. Este martes, el ministro de asuntos exteriores chino ha enviado un recadito al otro lado del Pacífico y ha pedido al Ejecutivo norteamericano que adopte "medidas prácticas" en el marco de una política "responsable" que proteja los intereses de los inversores. Es lógico que esté preocupado, su país tiene unas reservas de unos 2,3 billones de dólares.
Geithner: "No existe ningún riesgo"
El secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, ha descartado completamente cualquier riesgo de que EEUU pueda perder su actual calificación crediticia triple A, la máxima nota de solvencia para la deuda de un país, a pesar de que la agencia Standard & Poor's colocara ayer el rating estadounidense en perspectiva "negativa" ante la falta de acuerdo político para establecer un programa ambicioso de reducción del déficit.
"No, no existe ningún riesgo", aseguró Geithner al ser cuestionado sobre la posibilidad de una rebaja de calificación durante una entrevista concedida a Fox Business New, en la que subrayó el acuerdo entre republicanos y democratas respecto a la necesidad de "aplicar reformas que reduzcan significativamente el déficit" por lo que auguró que se alcanzaría "próximamente", informa Efe.
A este respecto, el responsable del Tesoro estadounidense destacó la importancia de lograr un amplio consenso a la hora de fijar unos objetivos de reducción de déficit y de ahorro, así como en el marco temporal para cumplirlos y establecer mecanismos "creíbles" para ello. "Estamos en desacuerdo sobre cómo hacerlo y no vamos a resolver estas diferencias en los próximos meses, pero sí podemos cerrar algunos objetivos claros para reducir deficit junto a mecanismos creíbles que obliguen a Washington a vivir dentro de sus posibilidades", señaló Geithner.
Asimismo, Geithner mostró su confianza en que el Congreso autorice elevar el techo de endeudamiento de EEUU, fijado actualmente en 14,3 billones de dólares (9,9 billones de euros), ya que "no van a estar jugando con este tema para no cuestionar la solvencia de EEUU".
China: "Medidas prácticas y responsables"
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Hong Lei, ha confiado en que el Gobierno de Estados Unidos adopte "medidas prácticas" en el marco de una política "responsable" que proteja los intereses de los inversores.
En una rueda de prensa, Hong Lei apuntó que el Gobierno chino, máximo acreedor internacional de EEUU, toma nota de la decisión de la agencia de calificación y recordó que los bonos de Estados Unidos son un destacado producto de inversión, tanto para inversores nacionales como internacionales.
Standard & Poor's revisó este lunes a la baja la perspectiva de la nota AAA de la deuda de EEUU, que pasa a ser "negativa" desde "estable" ante las dimensiones del déficit presupuestario y el creciente endeudamiento del país en relación al resto de emisores soberanos con la máxima nota crediticia y el riesgo de que los legisladores estadounidenses no alcancen un acuerdo sobre cómo hacer frente a estos desequilibrios antes de 2013.