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¿Es el petróleo tan caro como parece?

El oro negro parece carísimo, pero si lo comparamos con otros líquidos como el agua, la leche o la Coca Cola no lo es tanto.

Un litro de petróleo crudo cuesta, al cambio, unos 50 céntimos de euro. Ese mismo litro refinado y convertido en gasolina para automoción asciende hasta unos 1,2 euros, de los cuales aproximadamente la mitad son impuestos. Si se los retirásemos descubriríamos que entre el pozo y la gasolinera el litro sólo se ha encarecido unos pocos céntimos, lo que demuestra los altos índices de eficiencia que ha alcanzado la industria petrolera.

El precio del barril de petróleo y el de gasolina una vez detraídos los impuestos son muy parecidos, pero, ¿cómo quedarían ambos si los comparásemos con otros líquidos? Empecemos por el agua mineral. Si tuviésemos que llenar un barril estándar de petróleo que alberga 42 galones americanos o, lo que es lo mismo, 158,9 litros, de agua mineral, ¿cuánto costaría?

Si tomamos como ejemplo agua mineral Perrier, una de las más vendidas del mundo a un precio aproximado de 70 céntimos el litro, el barril nos saldría por 112 euros, 32 euros más que un barril de petróleo Brent. Si, en lugar de Perrier, que podría parecer demasiado refinada, escogemos la española Bezoya, el barril sería algo más económico, pero no mucho más, unos 80 euros por barril o 50 céntimos por litro, es decir, lo mismo que el barril de petróleo en los últimos meses y mucho más de lo que el barril de crudo costaba el año pasado.

El agua es imprescindible para vivir, pero, a diferencia del petróleo, tiene una cadena de producción mucho más breve e infinitamente menos compleja. El agua Bezoya, por ejemplo, se extrae de un manantial en la sierra de Guadarrama a sólo unos kilómetros de Madrid, se embotella y se traslada en camiones y furgonetas hasta los puntos de venta. El petróleo se extrae en pozos distantes de los centros de consumo, a veces a miles de metros bajo el nivel del mar, se transporta en oleoductos hasta una terminal costera, allí se carga en barcos cisterna que lo transportan hasta una refinería. En este punto, ya cerca del consumidor final, el petróleo se somete a un elaborado proceso de refino para transformarlo en una amplia variedad de productos.

El principal es la gasolina y otros combustibles para automoción y calefacción, pero del petróleo proviene también el asfalto de las carreteras, el coque de los altos hornos, infinidad de gases como el propano y la materia prima que utiliza la industria petroquímica para fabricar productos plásticos. De la refinería la gasolina sale en camiones o en oleoductos habilitados para ello hasta los puntos de venta.

Si en lugar de compararlo con el agua lo hiciésemos con la leche advertiríamos que un barril de leche sale por la friolera de 354 euros (a 1,5 euros el litro de leche), aproximadamente lo mismo que si lo llenásemos de Coca Cola, la bebida gaseosa más vendida del planeta. Como en el caso del agua, producir leche o Coca Cola es mucho más sencillo y requiere menos pasos, capital y esfuerzo que producir gasolina. La primera proviene de las vacas, la segunda es agua carbonatada con azúcares.

Si escogiésemos un líquido precioso, algo así como un perfume caro, no habría ya lugar a la comparación. Un barril (159 litros) de Chanel Nº5 vendría a costar casi 127.000 euros. El perfume más famoso del mundo podría de este modo ser el líquido más caro del mundo, con razón Marilyn Monroe antes de dormir se ponía sólo "unas gotas".

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