Muy bueno el comentario, como el articulo.
Creo que tampoco hace falta ser un Greenspan de la economía -me refiero a los años en que era el Guru incuestionado-, para saber que con los países, ocurre lo mismo que con los hijos.
Pueden hacer la prueba, y verán que cuando los retoños se acostumbran a que pase lo que pase, siempre acudirán mamá o papá al rescate, las piruetas de todo tipo serán cada día más y más arriesgadas y por supuesto, más costosas y complicadas de resolver para sus progenitores.
Incluso nuestro sabio refranero puede aportar alguna luz al respecto, porque advierte claramente que una cosa es ser hermanos en la adversidad, y otra muy distinta, ser primos. Figura esta que la mayoría de descerebrados de la zona meridional de Europa, creemos que les corresponde a los cabeza cuadrada que tienen además la desgracia de nos saber divertirse.
Como la realidad económica es obstinada, parece que los "primos" comienzan a darse cuenta de que los seguros sin franquicia son muy mal negocio. Del mismo modo que pronto, descubriremos que la Sanidad Universal y Gratuita, también lo es -la Justicia hace tiempo que dejó de serlo- y que por cruel que parezca, en ocasiones es necesario dejar que los niños metan los dedos en el enchufe para que queden vacunados contra tales veleidades en el futuro.
Sin embargo, estando de acuerdo básicamente con la tesis del articulista y por supuesto, con las nuevas tendencias Germanas, creo que se ha cometido un error en los casos de Grecia y de Irlanda y que seguramente, se repetirá en Portugal.
Me refiero al hecho de acudir al rescate demasiado pronto, y me explico: inmediatamente que se produce este y se ponen en marcha las duras medidas que las circunstancias exigen, aparecen de inmediato reacciones contrarias -en ocasiones violentas- en la ciudadanía -por supuesto, a nadie le apetecen dosis masivas de Aceite de Ricino-; son muchos los que "exigien" al Gobierno la abolición de las mismas, e incluso, como en el caso de Irlanda, obligan a reconsiderar la cuestión. Lo que no deja de tener cierta gracia, porque me recuerdan al mendigo que en la puerta de la iglesia, pretende negociar el importe de la limosna y establecer sus condiciones.
En mi opinión, el proceso adecuado debería permitir que la ciudadanía se enterara realmente de la situación. Es decir, que un buen día, el Estado dijera -como así es en realidad-: no hay dinero en caja para Pensiones; Sanidad; Educación y demás servicios públicos.
Doy por supuesto, que se produciría un enorme "shock" social e incluso desórdenes, pero tampoco tendría que ser un periodo dilatado de tiempo. Digamos 30 o 40 días a pan y agua en la enorme masa de funcionarios; polítcos; pensionistas, Etc. que reciben mensualmente su sustento de ese cuerno de la abundancia que según ellos, es inagotable y sin fondo. Además de beneficioso para la salud, constituiría una lección invaluable e inolvidable. ¿Se figuran sufrir en carnes propias eso que solo ocurre en sitios exóticos, de lo que solo tenemos noticia tras la pantalla de la televisión a la hora del almuerzo?
Puedo asegurarles que tras el "tratamiento" que preconizo, no habría manifestaciones de jóvenes quemando contenedores ni rompiendo lunas de escaparate, y que finalmente, cuando aparecieran los señores de negro con algo con qué preparar una sopa de fideos el día siguiente, además de darles las gracias, serían tratados con el debido respeto. ¡Ah! y los fideos les sabrían a gloria.
Para Portugal, lo que haria (si en mi mano estuviera) es dejarla caer. Que acuda a una quiebra soberana de Quita y su correspondiente expulsión del Euro, ya no solo de Portugal; aplicaría el mismo procedimiento a Irlanda y a Grecia. Tal vez así, aquí en España empiecen a ver las orejas al lobo de verdad y se reaccione de verdad. Lo que no entiendo es cómo es posible que aun fuera no se hayan dado cuenta que les hemos seguido engañando con las reformas. No existen tales reformas como tales y que en los merados de deuda soberana en los CDS aun no nos hayan puesto contra las cuerdas como hace un año.
De un tiempo a esta parte, si en el ámbito privado incumplir las reglas de un club o asociación es motivo de sanción disciplinaria -la que acuerden en sus estatutos-, en las del "club del Euro" debería aplicarse el mismo principio: quien no cumpla con los requisitos de estabilidad... ¡A LA CALLE! Y A "LLORAR AL PADRE DOMINGO ORTEGA" si quieren.