Rallo, a ver si te echo una mano. Para mi es una cuestión muy simple pero difícil de explicar a gente que ha sido totalmente aturdida con embrollos que no hay quien los entienda.
Me basaré en un dicho vulgar que es una verdad absoluta, que dice que “el tiempo es oro” y en un principio jurídico, también categórico, que dice “que el primero en el tiempo es mejor en derecho”. Partiendo de que toda persona considera su propia voluntad autónoma, que no reconoce una voluntad superior a la que libremente se tenga que someter, la única forma de que las personas puedan usar las cosas (que son medios para las personas) es sujetándose al principio de la preferencia temporal, conocido en el ámbito jurídico como “prior in tempore, potior in iure”. Cualquier otra forma de asignación de los medios a las personas falta al respeto necesariamente y por lo tanto es contraria a derecho, porque es imposible sin el uso de la violencia o el engaño. Esto lo saben hasta los niños de teta que en cuanto empiezan a hablar ya dicen “es mío, yo lo cogí primero”. Basta pararse a pensar un poco para darse cuenta de que es imposible que, conforme a derecho, pueda ser de otra manera. Por tanto, que a cada uno le gusta hacer su voluntad y que lo que no es de nadie es del primero que lo coge, se sabe aquí y en la China comunista, no hay que ir a Salamanca a aprenderlo. Esto es el derecho natural.
El principio de la preferencia temporal explica la ocupación. Por medio de la ocupación se adquiere una cosa que no es de nadie. Lo que ya es de alguien, porque la cogió primero (es decir la descubrió, la fabricó, la crió etc), si otro la quiere tendrá que ofrecerle al propietario algo que este valore más y acepte cambiarlo voluntariamente.
Un ejemplo que lo deja clarito. Yo quiero ver torear a José Tomás el día de la Mercé. La taquilla se abre a las 11 de la mañana de ese mismo día. La noche antes me pongo en la taquilla para comprar una entrada de 100€. Soy el primero de la cola porque he sido el primero que ha llegado, nadie me puede quitar el sitio si no es violentamente o con algún engaño. Pues bien, a las 10 de la mañana la cola es tan larga que el último ya sabe que no la van a llegar las entradas, se acerca y me ofrece 20 € solo por ponerse en mi sitio -el primero de la fila-. Esos 20 € que yo puedo ganar es el precio de haber estado toda la noche esperando, el haberme puesto antes, el de la preferencia temporal. El que quiere una cosa antes de que le toque tiene que pagar un precio que se llama interés.
Si yo ya había comprado la entrada de 100 € y la vendo por 150 € mientras en la taquilla se siguen vendiendo a 100, es porque quien me la compra ha llegado tarde. Los 50 € de recargo es el precio del tiempo, de la diferencia entre el momento en que llegué yo a la taquilla y el que llegó mi comprador. El tiempo es oro (la vida es tiempo).
Si uno tiene, en abril, una finca arada y preparada para sembrar patatas que se recolectan en agosto pero no tiene ni una arroba para sembrar, seguro que está dispuesto a devolver por lo menos dos en agosto, a quien ahora le de una. Porque si ahora no consigue una, en agosto no tendrá ninguna. Se entiende, ¡a que sí! Igual que si quieres tener un coche antes de tener el dinero, habrá que pagar algo para no tener que esperar. Se paga el adelanto, o sea la diferencia de tiempo. Y si se trata de una vivienda exactamente igual. ¿Acaso es lo mismo empezar a vivir hoy bien calentito en una casa, que estar debajo de un puente hasta que tengas dinero para comprarla? El que algo quiere algo le cuesta. El interés es lo que se paga por tener algo antes de que te toque, ni es el precio del dinero ni nada que se le parezca, eso son embelecos de manipuladores y falsificadores del dinero verdadero. Porque el dinero verdadero siempre es un bien, que pueden ser patatas, arroz, trigo, azúcar o cualquier cosa.
Ahora bien, esto es así mientras no aparezca la violencia, bien la institucional a través de leyes que arbitrariamente deciden quien es el primero y quien el último de la fila, o la violencia de cualquier matón que quiere ser el primero habiendo llegado el último. En cuanto media la violencia ni hay interés, ni dinero, ni derecho, ni razón. Por ello razón, derecho y economía participan de la misma naturaleza. Cuando la razón es sustituida por la violencia desaparece el derecho y la economía.
Los Gobiernos adquieren las cosas de dos maneras o robándolas directamente (impuestos) o (estafando) fabricando dinero falso para adquirirlas con preferencia respecto a otros -quiero una cosa, hago un billete y la compro-. Pero eso solo es posible imponiendo por la fuerza dinero de curso legal, es decir obligatorio. Si se admite la ley como fuente del derecho todo es caos y arbitrariedad, la civilización y la economía saltan por los aires. Y lo curioso del caso es que al reventa lo meten en la cárcel por estafador y al prestamista le llaman usurero por facilitarte algo que tú adquieres voluntariamente, sin que nadie te obligue ni te engañe.
Lo que no acierto a entender de los tipos de interés es la frase:"con tipos de interés por debajo de la inflación los tipos de interés son negativos y sale más a cuenta endeudarse que ahorrar" .
Esta premisa que significa? Es cierta? .Una deuda siempre se acaba pagando con intereses. Mientras que si uno ahorra, su dinero siempre está disponible.Es decir en teoría el ahorrador acabaría el año con más dinero que la persona endeudada.
Tampoco entiendo que subir los tipos de interés permita amortizar mejor las deudas a tipo variable o fijo, ya que dicha amortización dependera de la solvencia del deudor.Pero si el deudor esta muy apalancado de que manera amortizará la deuda.Posiblemente se vea obligado a seguir pagando su deuda pero a mayores tipos. Sin embargo si los tipos son bajos podra ir refinanciando la deuda y pagándola con el tiempo.Es claro que al ahorrador la subida de tipos le es beneficiosa ya que podra acumular capital para luego invertir, pero no entiendo donde puede estar el beneficio para el deudor.
Saludos¡¡