Íñigo Sagardoy, presidente del prestigioso despacho laboralista Sagardoy Abogados, cree que la reforma laboral que ha llevado a cabo el Gobierno "dista mucho de ser profunda. Ha sido muy superficial, claramente insuficiente y es urgente que se acometa ya una reforma estructural del mercado de trabajo". Para el abogado España no se puede permitir "ni un mes más" abordar esta tarea pendiente de reformar en profundidad el mercado de trabajo.
Los problemas que ha detectado Sagardoy en la reforma actual se cifran en lo que ya puede constatarse en el mercado de trabajo. Lejos de crear nuevo empleo, los nuevos tipos de contrato no se están utilizando, las nuevas contrataciones se están realizando en sectores no muy productivos los "ligados a la ley de dependencia y al sector de hostelería por horas".
Estos hechos demostrables en la realidad son, a juicio de Íñigo Sagardoy, un motivo más que sobrado para enfrentar un problema gravísimo como es el del desempleo masivo con una reforma que consagre "un modelo moderno de relaciones laborales que se adapte a las nuevas situaciones económicas".
Rigideces y ultra actividad de los convenios
Sagardoy se ha mostrado a favor de crear un estatuto propio e integral para las PYMES, distinto que al de las grandes empresas porque son las pymes que crean empleo. Esto ya existe en Francia e Italia. Tiene que facilitarse que las pymes contraten de un modo más sencillo" ha dicho el abogado laboralista.
Pero no solo eso, el presidente del bufete laboralista más prestigioso del país está convencido de que "hay que simplificar la contratación laboral. Tenemos 43 modelos de contratos de trabajo diferentes. Tener un sistema más sencillo propiciaría el fomento de la contratación". Junto a ello, sería de gran utilidad que las empresas avancen en "flexibilidad interna", propiciando un modelo de relación laboral que se ajuste más a la realidad de cada empresa.
Respecto a la negociación colectiva, Sagardoy asegura que es hoy "el epicentro de las relaciones laborales". El 80% de los trabajadores están amparados por estos convenios generales que son muy rígidos y viven al margen de la dinámica económica. A juicio de Sagardoy el nuevo modelo debería pivotar sobre la idea de "acuerdos y convenios de empresa sea prevalente respecto a otros acuerdos superiores".
El abogado cree que uno de los problemas de la negociación colectiva es la llamada ultra actividad de los convenios. "Hay convenios colectivos de hace 6 años que siguen en vigor, siguen aplicándose las mismas condiciones que se han quedado petrificadas. Hay que limitar la duración de los convenios colectivos y buscar soluciones como la del arbitraje", remarcó.
En lo tocante al debate sobre la productividad y los salarios ha pedido cautela y perseguir "fórmulas mixtas" ya que la productividad es, en muchos casos, difícil de medir y podría darse el caso que el aumento de salarios fuera en muchos casos superior al del IPC.
Por último repasó la reforma de las pensiones contemplada en el pacto social y económico, la que valoró por su "intensidad" e incluso llegó a afirmar que introduce los cambios "más importantes" de la Democracia en el sistema público de pensiones.
En este sentido, reconoció que la reforma de las pensiones, que mueve la edad legal de jubilación de los 65 a los 67 años, es una reforma "regresiva" desde el punto de vista de los derechos sociales. Pese a ello, subrayó que el gasto en pensiones pasará del 9% al 14% del PIB en 2050.
Peculiaridades españolas
Para Sagardoy ir hacia "un modelo de contratación única seria exitoso". Habría que acompañarlo de una flexibilización del "régimen de a tiempo parcial", ya que "es complejo, tiene muchas rigideces y es algo que se ve en otros países". El presidente de Sagardoy abogados aseguró que "en España sigue siendo un contrato muy rígido. Hay que hacer la contratación más flexible y hay que reducir el coste de despido". Por último incidió en que hay que posibilitar el descuelgue de los convenios colectivos en las pymes.
El socio director del despacho, Martín Godino, recordó que "el uso que se hace en España de la prejubilación como medida de recorte de plantillas no se ve en ningún otro lugar de Europa. Allí se extinguen los contratos, se reduce la jornada, se reparte el empleo...". Godino es de la opinión de que "habrá que pensar nuevos modos para reducir el peso de las prejubilaciones".