La calificadora rebajó el "rating" a largo plazo de Portugal a "Baa1" desde "A3" y lo situó en revisión para posibles nuevas rebajas. Moody's dijo, en un comunicado, que la creciente incertidumbre hace más difícil que el Gobierno sea capaz de lograr sus ambiciosos objetivos de reducción del déficit público, informa EFE.
Asimismo, indicó que la rebaja se limita a un escalón porque considera que Portugal recibirá asistencia financiera por parte de otros miembros de la zona del euro de forma acelerada antes de que pueda obtener fondos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. Añadió que el resultado de la revisión y el mantenimiento del nivel de "Baa" dependerá de la capacidad del país de lograr fuentes de financiación sostenibles en el medio plazo y de la capacidad de sus instituciones políticas de mantener la consolidación fiscal y las reformas estructurales.
Con este recorte, Moody's se suma a las rebajas en el "rating" de Portugal aprobadas a finales de marzo por las otras dos principales agencias de calificación de riesgo, Standard & Poor's y Fitch, y que dejaron su nota a un sólo peldaño de la consideración de "bono basura".
Entre las razones esgrimidas por Moody's para justificar su decisión, la entidad destacó "la incertidumbre política" derivada de la crisis de Gobierno abierta en el país luso tras el rechazo en el Parlamento del último plan de austeridad ideado por el Ejecutivo. De hecho, esta crisis y la posterior dimisión del primer ministro José Sócrates han obligado a convocar elecciones legislativas anticipadas para el próximo 5 de junio, por lo que en el país se respira ya un ambiente preelectoral.
Moody's hizo referencia en su análisis a "las implicaciones a medio plazo" de las últimas revisiones del déficit público luso, y que en 2010 cerró finalmente por encima del 7,3% anunciado en un principio debido a "cuestiones metodológicas" que alteraron los cálculos, según el argumento del Ejecutivo portugués.
La agencia consideró, asimismo, "muy improbable" que el acceso a los mercados mejore tanto para el Estado como la banca lusa hasta que se conforme un Gobierno "capacitado para tomar acciones que despejen las dudas sobre su compromiso para implementar el programa fiscal" que le permita rebajar su déficit público.
También mostró su preocupación por el elevado coste que puede suponer para Portugal refinanciar su deuda, y que se está acercando "a niveles insostenibles incluso en el corto plazo".
Portugal debe afrontar entre abril y junio el pago de cerca de 9.000 millones de euros por el vencimiento de varias líneas de deuda, unas necesidades de liquidez que le obligan a continuar recurriendo al mercado pese a los elevados intereses con los que penalizan su deuda los inversores.
Nada más conocerse el recorte de Moody's, los intereses sobre la deuda portuguesa a diez años cotizaban al 8,628%, tres décimas más altos que ayer, mientras que sus títulos a cinco años ya se encuentran en el 9,963%, a punto de romper la barrera del 10%.