La recuperación que apuntaba en el primer semestre de 2010 ha abortado y tan solo dos sectores se hallan en positivo. El primero de ellos es el turismo, del que hablaremos próximamente, y el segundo es la industria, cuyo indicador más fiable, que es el IPI (índice de producción industrial), creció débilmente (+0,4%) en el último trimestre de 2010 y empezó con algo más de fuerza 2011 (+3,8% en enero).
Sin embargo, el PMI de manufacturas, que es un indicador adelantado de actividad industrial, ha mostrado por primera vez en marzo, desde los peores momentos de la crisis, un peor comportamiento que en el mismo mes del año anterior, aunque todavía indica una ligera expansión.
Concretamente, en marzo de 2010 el índice fue 51.85 y en marzo de este año 51.64. Esto demuestra la gran debilidad de la demanda interna, ya que ni siquiera el buen comportamiento del sector exportador es capaz de sostener crecimientos firmes de la industria.
Para los próximos meses las exportaciones parece que seguirán una línea cuando menos moderadamente expansiva, acorde a la evolución de la demanda europea, pero a más largo plazo, cuando el BCE suba tipos y la economía europea empiece a enfriarse, no podremos confiar en que la demanda exterior siga tirando de la industria.
Respecto a la demanda interna no hay expectativa alguna de que se reactive durante este año, antes bien es de esperar que se acentúe la contracción, en línea con los previsibles recortes del gasto público y la continuidad en el credit crunch (restricción crediticia) que estamos sufriendo.
Por lo tanto, durante este año se pueden esperar crecimientos ligeramente positivos en la actividad industrial, que tal vez aporten unas dos décimas al crecimiento del PIB, para pasar seguramente otra vez al terreno negativo hacia finales de año o como máximo en el primer trimestre de 2012.