Hoy tenemos un lunes muy cultureta en lo que atañe a las riadas de subvenciones que los distintos boletines oficiales, especialmente autonómicos, vierten constantemente en el bolsillo de los más avispados.
Francisco Camps es el presidente periférico que nunca falla cuando se trata de protagonizar un despilfarro sonado. Ya sea por el montante de las subvenciones a repartir o por lo bizarro de sus objetivos, la Generalidad Valenciana detenta por méritos propios un lugar de privilegio en la clasificación vergonzante de la ruina presupuestaria común.
Vean sino este pintoresco reparto de subvenciones que la consejería de Educación de Valencia lleva a efecto, y cuyo objetivo es -atención- "la promoción del uso del valenciano en las fiestas de la Magdalena". ¿Los beneficiarios? Las peñas festeras que, al parecer, han hecho durante las celebraciones patronales una defensa gallarda y muy provechosa de la lengua levantina.
En este mismo boletín, la Generalidad valenciana hace públicas también las subvenciones que ha concedido a las editoriales de la tierra para la publicación de libros únicamente en valenciano, señal de que la libre elección de los lectores no sirve para hacer rentable la edición de obras en esa lengua.
Y como complemento a lo literario, aquí está lo audiovisual, también profusamente subvencionado por la comunidad valenciana para que no haya celos entre los promotores de la lengua vernácula: 800.000 euros para subvencionar películas "que sean portadoras de méritos artísticos y culturales propios, y que se rueden total o parcialmente en la Comunitat Valenciana" (sic), y 350.000 para hacer lo propio con productos dirigidos a la televisión.
Y ya puestos, la Generalidad Valenciana esparce unas centenas de millares de euros más con el fin de fomentar la igualdad entre los hombres y las mujeres, para orgullo de la ex ministra Aído y satisfacción de las asociaciones de "dones" que van a trincar la pasta. Hay subvenciones para conciliar la vida laboral y familiar, para actividades de las asociaciones de mujeres y, cómo no, para que las empresas implanten planes de igualdad en sus estructuras.
La ministra González Sinde, por su parte, cree que internet anda escasa de contenidos, de lo contrario no se entiende que dedique más de cinco millones y medio de euros de nuestro bolsillo a hacer que las empresas del sector de la cultura aumenten sus contenidos cibernéticos. El objetivo confeso de esta convocatoria de subvenciones es "poder ofrecer recursos culturales mediante nuevas tecnologías, impulsar la coproducción de productos culturales y formar gestores y empresarios culturales, de modo que se aprovechen al máximo las oportunidades de diversidad cultural, globalización y digitalización en el sector de las Industricas Culturales y Creativas".
Debe ser la primera fase de la vasta operación comandada por Teddy, Luis Cobos y sus conmilitones de la SGAE para "poner puertas al campo" de internet. Lo que no sabíamos es que la carpintería del cerramiento iba a estar también subvencionada.