Es verdad. Lo planteas con una lógica aplastante. ¿Serán los países extranjeros que inviertan allí en el período de reconstrucción los que sí que ganarán con la situación?
Pero es lógico que piense eso.Desde el punto de vista del socialista, una catástrofe, es una oportunidad de repartir la riqueza de manera forzosa.
Globalmente, no se creará riqueza, pero los poco productivos, se verán beneficiados, porque habrá más oportunidades para ellos, por el reparto de riqueza obligatorio que provoca, mientras que los más cualificados, detendrán su progreso, para volver a reconstruir lo perdido. Eso les encanta a los socialistas, porque hace que las diferencias se reduzcan entre los productivos y los improductivos. Si además muere mucha gente y reduce la superpoblación de humanos (según ellos, el cáncer del planeta) pues miel sobre hojuelas.
Keynes no se equivoca al decir que puede servir para aumentar "nuestra" riqueza. El problema es que "nuestra", no representa a todos, sino sólo a los de su secta.
Haiti deberia ser el #1 en la economia (y tambien Salvador y Nicaragua).
Quien lea al titular se lo creerá a pies juntillas (sobre todo si tiene inclinaciones izquierdistas).
Ventana rota.
Es evidente que todos esos keynesianos, comenzando por el propio Keynes, no conocían la "falacia de la ventana rota", de Frédéric Bastiat (o, conociéndola, la ignoraban para que no estropease sus teorías de activación económica mediante el aumento de la demanda agregada).
A Japón se le han roto muchas ventanas y, en el mejor de los casos, con mucho esfuerzo, volverá al punto donde estaba. En el caso de la central nuclearde Fukushima, ni siquiera eso, pues al utilizar agua de mar (rica en sal, es decir, en cloro) --lo que es una medida de seguridad de último recurso-- para refrigerar el exterior del reactor puede dañar importantes componentes de acero inoxidable. Es decir, se mantendría la seguridad pero podría perderse la instalación. Veremos.
Primero, enhorabuena por el doctorado.
Segundo, estoy de acuerdo con tu crítica a la estúpida y retorcida lógica keynesiana del gasto y de la destrucción vista como bendición del cielo. Pero sí se me ocurre un caso en el que podríamos llamar bueno, no sólo para la economía sino para la sociedad en general, a un desastre natural de considerables proporciones. ¿Te imaginas si un conjunto de huracanes, terremotos, erupciones volcánicas, lluvias torrenciales y olas gigantes pudieran engullir y destrozar a los corruptos y caraduras de España y sus bienes logrados a base de estafar y expoliar, y acabar con los gravísimos perjuicios del «Estado de las autonomías», dado que no somos capaces de corregir este desastre por medio de la ley, el parlamento, los tribunales de justicia y la policía? Es decir, si los pobres mortales no somos capaces de matar nuestros propios demonios (que vamos creando y alimentando a base de buenas intenciones y decisiones equivocadas), pues que vengan los dioses del viento, del mar y de la tierra a poner las cosas en su sitio y permitirnos hacer tábula rasa. ¿Perderíamos cosas buenas por el camino? Obvio. Pero ganaríamos la oportunidad dorada de volver a empezar. Claro que, si yo tuviera que ser una de las víctimas mortales sacrificadas al porvenir, preferiría que apartaran de mí ese cáliz.
En cualquier caso, lo mejor es hacer lo que tú haces, que es señalar los problemas, sus causas, los culpables y explicar las posibles soluciones. Los economistas como tú, Ramón, o Rodríguez Braun o Cabrillo sois mejores para el PIB que cualquier terremoto, huracán o meteorito gigante.
Salud
Pues está clarísimo. Si en España hay un problema en el sector de la construcción, pues la mejor solución es dinamitar en cada capital de provincia 10 ó 12 edificios y volverlos a construir. Así, otra vez todos ricos...
Ale, buena suerte y a consumir!!
Sociatas!