El ex ministro Jesús Caldera dirige la socialista Fundación Ideas, más conocida como Fundación Dime De Qué Presumes. Y en Cinco Días tuvo a bien explicarnos que la crisis en España se debe a: la crisis mundial, el ajuste fiscal que ha contenido el aumento del gasto público derivado de la anterior, y a una crisis de la deuda soberana debida a Grecia e Irlanda. Conclusión: "La inestabilidad actual de los mercados se debe en última instancia a la pérdida de confianza en la capacidad de la UE en su conjunto".
Estos argumentos son interesantes tanto por su aspecto equivocado como por su aspecto veraz y serio. Es absurdo, en efecto, alegar que nuestros padecimientos económicos son derivados de circunstancias exógenas, porque las responsabilidades locales son innegables: España habría padecido probablemente una crisis incluso en un contexto internacional apacible. La idea de que la reducción del gasto público frena el crecimiento es igualmente incongruente: de ser así, habría que continuar aumentándolo indefinidamente. Pensar que España no sufre problemas de deuda soberana es suponer que un marcado incremento del endeudamiento y el déficit no ejercen impacto alguno en los mercados de deuda. Finalmente, aducir que la culpa es de toda la Unión Europea, como si no hubiera diferencias entre los gobiernos de los Estados miembros, no es creíble.
Pero si lo que dice Caldera es un desatino, ¿por qué he sostenido antes que sus argumentos presentan un aspecto veraz y serio? Pues por eso mismo: porque los socialistas, a la hora de tomarnos el pelo, son gente muy profesional. Y esta exhibición de Caldera lo prueba una vez más: disuelve todas las responsabilidades del Gobierno socialista, y confunde al personal como lo hace el calamar con su Tippex.