El problema de estos gurús keynesianos es que sólo se fijan en el consumo.
Pretenden captar la realidad con modelos macroeconómicos con fastanmagóricas variables agregadas que explican equilibrios irreales, dejando fuera, además, entre el 50 y 70% de la actividad económica: la producción de bienes de capital, que es donde se está realizando el ajuste más importante.
Por otra parte, en economía el método empírico no vale porque la creatividad humana introduce una incertidumbre irreductible incompatible con la recurrencia necesaria para que dicho método sea útil.
Bueno, bueno, Pepe. Devotos en la Moncloa haberlos haylos pero exclusivamente al dinero ajeno que tan campante se embolsan cada mes por no hacer nada o, cuando en un supremo esfuerzo realizan algo, meter la pata más allá del corvejón. Lo que no dudan dichos fontaneros y la casta política en general es en intentar salvar a toda costa su privilegiado puesto a dedo apuntador y ojo avizor (visa oro, dietas, extras, sueldo, don fulano por aquí y don fulano por allí, coche oficial, viajes, comilonas gratis, jubilación privilegiada, etc.).
Buen artículo, QP.