Podrían haberlo hecho antes, la economía esta por los suelos, y que el rey diga o haga algo, me rió yo de los peces de colores,acaso no nos acordamos de los Albertos tan amigos y del primo y de tantas cosas.Si legalmente no puede hacer nada, para que firma todo como el aborto y un largo etc. sabiendo que muchisima gente esta en contra
una cosa hay que tener claro. Si creemos que el problema son los políticos nefastos, es que los políticos no son el problema, el problema es el sistema, que no está diseñado a prueba de políticos nefastos.
Absolutamente de acuerdo en que es necesario cambiar el sistema electoral. Y también en que: “Es el empresario, en definitiva, quien saca adelante a este país, no el político” Pero la afirmación de “Es el defecto de nuestra democracia enferma, que elimina a los mejores a causa de un sistema electoral perverso” podría aplicarse a todo lo que nos rodea eliminando la palabra “electoral”. Incluyendo esas empresas en las que se derrocha el capital humano sacrificando y hasta despreciando la formación en aras de unos presuntos costes que son solo monetarios. De otro modo, quizás, no sería imprescindible depender tanto como se depende de la financiación ajena: Con mejor gestión, planificación a largo plazo, incremento de productividad, mayor competitividad. Méritos y cualificación profesional incentivados tanto en política como en empresa. Cuando lo que realmente valga sea eso y no la mera posesión de un carné o las relaciones personales con los órganos de poder, seguramente podremos salir de la crisis. Aunque primero todos, políticos, empresarios, trabajadores, ciudadanos, tendríamos que hacer un verdadero análisis crítico de nosotros mismos, no de los otros. Llevamos demasiado tiempo viendo la paja en el ojo ajeno y esperando a que la solución nos venga del exterior como un Santo Advenimiento. Así no se sale de la crisis, seguro.
Pero que los empresarios acudan al rey para intentar enmendar esta situación no deja de ser conmovedor. Como que el rey va a mover un dedo contra quienes tienen en su mano hacerle perder todos sus privilegios y los de su real familia.