Es simplemente una cuestión de decencia. El dinero, o es un bien, o representa un bien que se puede recuperar (el depositario entregará al portador una onza de oro), si no, sencillamente es falso, y ya está. Y un billete falso es un billete falso, un engaño, un fraude. Pero en este caso no sólo es eso. Cuando alguien se dedica a timar a la gente solo engaña a los que se dejan, en cuanto se enteran ya no los engaña más. Aquí, aunque te enteres del engaño te obligan a aceptar el dinero falso, llamado de curso legal (forzoso), como medio liberatorio de pago.
Voy a poner un ejemplo. Supongamos que alguien hace participaciones de lotería de Navidad de un número cuyos décimos no ha comprado. El delito ya está cometido, con independencia de que toque o no. Los que conocen el engaño tienen que coger esas participaciones a sabiendas de que son falsas porque es obligatorio, forzoso, legal.
Imaginaros un muchacho sensato que ahora comienza a trabajar. Sabe que el dinero es falso y prefiere ahorrar, comprando oro, en lugar de pagar las cuotas a la Seguridad Social para la jubilación. Sin embargo está obligado a cotizar, quiera o no. Es lo legal, o sea forzoso. Lo que en su día le quede de pensión, si le queda, dependerá de lo que decidan otros que todavía no han nacido y de la manipulación monetaria que se haya producido. Todo en contra de su voluntad. Pregunto ¿ese muchacho se puede considerar una persona libre y responsable o un cordero llevado al matadero?
Al ser casi constante la cantidad de oro disponible, el patrón oro impone una disciplina a la sociedad: para incrementar su poder adquisitivo, con el patrón oro, la sociedad se ve forzada a incrementar sus productividad mejorando permanentemente los productos y servicios ofrecidos.
Al abandonar el patrón oro la sociedad sufre espejismos en lo que piensa que existen atajos para obtener mejora de poder adquisitivo.
Bueno, yo creo que actualmente la riqueza no se expande, sino que estamos viviendo con la riqueza de otras generaciones. Porque esa riqueza, es virtual, no es real y hace que gastemos lo que no tenemos, luego viene la contracción y la generación siguiente es la que lo sufre.
Desde luego, desde el punto de vista teórico, parece lo mejor volver al patrón oro.
Estando de acuerdo en todo con el artículo... ¿será el patrón oro capaz de expandir la riqueza o el acceso a ella tanto como hoy en día?
¿No encorsetará el crecimiento económico?
Saludos
Mi enhorabuena por el artículo, y por el modo en que diagnostica (por aquí empezaron los fallos...), y busca el remedio para las enfermedades del sistema financiero.
El problema es que la economía depende del sistema financiero (de ahí que la crisis financiera se haya materializado como crisis económica, y finalmente humana). Por ello coincido con el comentario de kons.
Lo hemos basado todo en la deuda. Nadie se compra una casa con sus ahorros, sino con una hipoteca. Una empresa no se expande con sus ahorros, sino que utiliza un crédito para montar una factoría en nuevos mercados, etc. Y aún no lo amortizó, cuando ya está invirtiendo con un nuevo crédito.
Todos esos créditos se engarzan en una cadena de deudas, como una vertiginosa carrera hacia adelante, en la que pagamos la deuda de ayer con el adelanto de la de mañana. Ciertamente, parece disparatado.
Pero es con esos disparates que se ha alimentado la actividad económica. Dejar bien tasado el dinero, evita la inflación de la deuda. Pero acotar el crédito es acotar la actividad económica, para la que el dinero es como la sangre al cuerpo. Para los que piensen que el crecimiento lo es todo, no serían buenas noticias.
Apostar por el patrón oro es apostar por la calidad contra la cantidad.