Predicamos en el desierto, admirado maestro.
Pero, por favor, no deje de hacerlo.
No sólo por el poder político y por el susodicho diario sino por la gran mayoría de medios y votantes.
Predicamos en el desierto, admirado maestro.
Pero, por favor, no deje de hacerlo.
No sólo por el poder político y por el susodicho diario sino por la gran mayoría de medios y votantes.
Corday, tienes mucha razón. Y literalmente. Porque en arameo la expresión "clamar en el desierto" quería decir: "hablar consiguiendo que se oiga muy lejos", porque en el desierto, dada la ausencia de plantas y ruidos, la voz tiene mucho más alcance.
Así que, D. Carlos, siga usted clamando en el desierto, que hoy ya son muchos los que le escuchamos en toda España y América.