Pronto llevaremos cuatro años en crisis y los que tardaron casi dos años en reconocerlo siguen sin enterarse a la hora del diagnóstico y de las medidas para salir de ella cuanto antes. La pasada semana visitó España ex viceprimer ministro polaco y ex gobernador del Banco Central de Polonia, Leszek Balcerowicz. Las conferencias que impartió fueron un chorro de aire fresco. Para empezar, Balcerowicz situó el origen de la crisis en la política intervencionista de los bancos centrales y el sistema de dinero fiduciario en el que operan. La famosa expansión del crédito a largo plazo, gracias al modelo de reserva fraccionaria, mucho más allá del ahorro disponible, llevó ineludiblemente a crisis.
El autor de la terapia de choque que permitió a Polonia transitar del comunismo a una economía moderna de mercado criticó las medidas puestas en marcha desde 2007, que lejos de ser una solución representan un importante agravante. Pero los políticos no están dispuestos a reconocer el error y en lugar de modificar el diseño institucional enormemente intervencionista del sector monetario prefieren imponer populistas tributos sobre una banca que lo que necesita ahora es recapitalizarse, gastar más e incurrir en déficit desde las administraciones públicas cuando lo que deberían de hacer es mantener sus presupuestos equilibrados para generar certidumbre y no desplazar al sector privado, salvar empresas que deberían haber cerrado extendiendo la impresión de que no importa tanto incurrir en grandes riesgos porque papá Estado vendrá al rescate con el dinero del contribuyente, y poner nuevas exigencias de capital a la banca que no hubieran impedido la crisis actual.
Para este economista con más de una veintena de doctorados honoris causa a sus espaldas, el G-20 debería dejar de reunirse. Según él, se trata de un sinfín de encuentros entre funcionarios que se dedican a elaborar propuestas sin sentido que sólo persiguen cubrirse las espaldas. La verdadera solución no se alcanzará con más regulaciones financieras internacionales y más planificación inmobiliaria sino con un mejor sistema financiero y un urbanismo sostenible. En su opinión, tanto lo primero como lo segundo se conseguirá alejándonos del intervencionismo y dando paso al mercado libre.
El plan que a comienzos de los 90 sacó a Polonia de la ruina y sustituyó el intervencionismo comunista por el libre mercado es conocido como el Plan Balcerowicz. Aún podemos elaborar un plan que lleve que lleve la impronta de este clarividente economista polaco para dejar atrás estos cuatro años de crisis y no volver a caer en los mismos errores que nos condujeron a esta lamentable situación. Desde su think tankFOR, Balcerowicz ofrece algunas ideas de cómo hacerlo.