Señor Rallo, esclarecedor y con poco palabrerío, tajante artículo. Creo que debería cambiarse el apellido y ponerse Rayo, sin duda va más con su forma de explicarse. Revelador. Y cabreante. Saber que el Estado, tras un infame igualitarismo se lleva un tercio de mi vida laboral me pone cardíaco. Lo peor es que casi nadie se entera puesto que son dineros que se van desde el empleador directamente al confiscador, perdón, al Estado. Y saber que el 80 por ciento de mi depósito de gasolina lleno son euros impositivos. Y como ese ejemplo, tantos, en una contínua sangría de mi bolsillo. Y menos mal que en mi trabajo puedo hacer horas extra (a siete euros, para hacerse rico...), pues bien, aparte del tipo de retención sobre nómina habitua,l la hora extra tiene su propio 4,7%..., a veces me pregunto que para qué hago horas extras si haciéndolas casi no tengo vida y no me dan rendimiento económico compensable. Supongo que elementos como el sr. Stalingrad (sin comentarios al nombre...) dirán que me fastidie por querer trabajar más horas y "robar" trabajo a otros que podrían beneficiarse de mi trabajo extra. Todo ese montante económico en lugar de ser confiscado y mal gestionado podría en gran parte estar en mi poder, lo que me permitiría acceder a la sanidad que YO QUIERO, a la jubiliación que YO DECIDA, a la enseñanza que considere oportuna para mis hijos..., ¡ah, la libertad...! Lo que veo es que, en salario base, gano casi lo mismo que muchos parados, rascadores de ayudas familiares y demás especies. Igualitarismo..., yo le llamaría desincentivación. En lugar de estímulo y excelencia, libertad e independencia tenemos igualitarismo en la miseria, gente desmotivada, manipulable, empobrecida y dependiente. Exactamente lo que desea el estado socialista. ¿Será mejor que emigre?
Ah, un saludo para el divertido Sr. Stalingrado.
@ stalingr precisamente los padres se han tirado 25 años trabajando para poder pagar la universidad pública porque en el sistema socialista o socialdemócrata, se hace imposible ahorrar. Es más se desincentiva el ahorro y se fomenta el derroche. El sueldo de un obrero estadounidense es el de alguien de clase media alta española. Se asemeja perfectamente al de un médico. Sin embargo el sueldo de un obrero español está rozando el umbral de la pobreza americano. Al final en USA todo el mundo puede estudiar, existen becas y préstamos, y no necesariamente hay que estudiar en la universidad más cara del país, ya que en cualquier caso, prácticamente cualquier universidad americana, estará por encima de la mejor española(sólo hay que ver el ránking de universidades dle mundo para ver que las 200 primeras son prácticamente todoas americanas ) En cualquier caso nunca estaría justificado el socialismo, ya que atenta contra el derecho individual, te impone un sistema, mientras que el otro te libera del sistema. En USA tú puedes formar tu comunidad comunista sin afectar a los demás, pero un país socialista obliga a todos a ser socialistas.
Divertido señor Stalingr:
Todo lo que ofrece el Estado antes se lo ha arrebatado a alguien. Quien roba a un ladrón, cien años de perdón, objetará usted, pero así estará justificando un expolio estatal real con otro meramente supuesto que tendría que demostrar. ¿Podría demostrar que toda diferencia económica es producto de la usurpación? ¿Realmente cree que todas las personas somos iguales en iniciativa, gustos, preferencias, capacidades, moralidad, etc.? ¿Acaso no tenemos leyes que condenan la coacción y la extorsión, para qué necesitamos entonces políticas redistributivas? Cuando las leyes no bastan, las leyes sobran. ¿Aplaudiría usted la sustitución de la ley por la política, es decir, despojar al individuo de derechos condenándolo al arbitrio del poderoso?
Pero partamos de la premisa de que la coacción al fuerte en favor del débil está justificada. En la práctica, siempre vamos a necesitar a un fuerte de segunda generación que coaccione, en este caso un mayoritario conjunto de débiles que subyugue a una minoría de fuertes, con lo cual incurrimos en flagrante contradicción lógica porque necesitaríamos de un fuerte de tercera generación que haga justicia y así hasta el infinito. El único modo de deshacer el entuerto es proscribir todo tipo de coacción y dejar de prejuzgar quién es el fuerte y quién el débil.
Vamos a lo concreto. Asegura usted que gracias al Estado un obrero puede permitirse una educación universitaria. Con independencia de que una universidad no competitiva a cargo de “chimpancés” sirva para algo, ¿qué le quita el Estado a ese obrero a cambio? Le quita su trabajo y su dignidad. O bien el intervencionismo estatal le condena al desempleo o bien le detrae una porción importante de su sueldo; en cualquier caso se incauta de buena parte del valor de mercado de su capacidad laboral y lo que es peor, coarta su iniciativa ¿En qué se basa usted para certificar tan ufano que si ese obrero no fuera víctima de la exacción estatal no le sobrarían recursos para dotarse de una educación universitaria de calidad? ¿Qué revelación divina le inspira a usted para afirmar rotundamente que ese obrero estatal está condenado siempre a serlo y a contentarse con que Leviatán determine cuáles son sus necesidades y capacidades?
Dice usted que la descripción del señor Rayo no incluye cómo un obrero puede vivir sin un Estado paternal. Falso. Que usted no haya sido capaz de entenderlo es otra historia. Se lo ha explicado con un ejemplo concreto bien ilustrativo que demuestra cómo sin la rapiña estatal y con iniciativa podemos rentabilizar nuestro esfuerzo de manera claramente más eficiente y valiosa que las sobras que el Estado nos da a cambio.
Efectivamente, sólo alguien muy estúpido puede pensar que con el actual robo estatal se pueda vivir de rentas, en general, con cincuenta años. Pero la teoría ha demostrado hace tiempo que el concurso de una ley fuerte pero mínima y la libre competencia son el mejor camino hacia el desarrollo científico-tecnológico y, por tanto, hacia la riqueza generalizada.
Y entienda bien las cosas, por favor. El señor Rayo no estaba diciendo que fuera fácil conseguir 250.000 euros, sino poner de manifiesto cómo el Estado limita nuestras mayores o menores posibilidades a cambio, como mucho, de la subsistencia y gracias. Pero es que eso ya lo tenemos garantizado con el presente desarrollo de la ciencia y la tecnología. Si en otros sitios están peor, se lo deben agradecer a los antiglobalizadores y a la ausencia de libertad.
"Sus padres habían trabajado duramente durante décadass para poderles costear una educación hasta los veintitantos años, habían accedido gracias a ella a una escala salarial que les permitía ahorrar algo más que para entregar propina en los bares, y pensaban acumular un cierto patrimonio que al cabo de 25 ó 30 años les llevara a vivir con comodidad incluso sin trabajar."
Veo que en la descripción no se incluye como un obrero pagaría esa educación universitaria de no estar subvencionada, si ya en la situación actual le cuesta "decadas" ahorrar lo suficiente para poder pagar los costes actuales y poder prescindir de un nuevo sueldo en la familia durante años.
Por otro lado, sólo alguién muy estúpido puede salir con una carrera bajo el brazo y pensar si nada extraño ocurre, su futuro será vivir de la renta en 25 años...con 50.
"Ahora imaginen a un hijo de obrero como el que les describía antes. En un año muy bueno de su actividad profesional, un año como tal vez no tenga otro en su vida, consigue una renta bruta de 250.000 euros. Puede que haya escrito un libro de éxito, haya vendido un proyecto industrial, haya logrado enormes comisiones de venta... "
Como podemos ver, un sistema basado en ingresos perfectamente comunes "escribir un libro de éxito, un proyecto industrial valorado en 250.000€". Sólo ha faltado mencionar la posibilidad de jugar en la NBA. !Ah! Que para eso no hace falta carrera...
Saludos (Muy divertido el artículo)
berdonio: Tienes más razón que un santo. Decías:
"Asegura usted que gracias al Estado un obrero puede permitirse una educación universitaria. Con independencia de que una universidad no competitiva a cargo de “chimpancés” sirva para algo, ¿qué le quita el Estado a ese obrero a cambio? Le quita su trabajo y su dignidad."
Pero es mucho más grave que eso, porque el estado no sólo le quita dinero a quien lleva su hijo a la universidad, sino que también se lo quita a los que no tienen hijos, para que quien si los tiene pueda, si puede, mandarlos a la universidad.
La pregunta del millón: ¿porqué tengo yo que pagar la universidad de los hijos de otros? ¿Porqué va a tener que pagar un ciudadano servicios de los que no hace uso? El que manda a su hijo a la universidad se verá expropiado también, para otros fines de los que alguien, quien sabe si yo mismo, hará uso. ¿No es mas racional que él se pague la universidad de su hijo, y que yo me pague ese otro servicio a cuyo pago él contribuye también involuntariamente? ¿No es más racional que cada palo aguante su vela?
No nos quitan dinero sólo para financiar las carreras de otros, sino para muchísimas más cosas, de tal guisa que al final todo ciudadano paga una montaña de dinero, gran parte de la cual no revierte en su beneficio, sino que sirve simplemente para mantener la pesada estructura necesaria para que le quiten el fruto de su arduo trabajo (políticos y funcionarios prescindibles=parásitos).
Nos encontramos así con personas que se benefician desproporcionadamente del sistema, mientras que otros no se benefician en absoluto, y todo ello escasamente relacionado con el volumen real de sus ingresos, y en absoluto relacionado con los servicios de los que hacen uso. La mayoría nos encontramos en un término medio, casi imposible de calcular.
Nos saldría mucho más barato si cada uno se gastase su propio dinero en lo que estime oportuno. Si quieres mandar a tu hijo a la universidad, te lo pagas. Si no quieres, te gastas tu dinero en otra cosa. Y si no puedes, pues no lo mandas, que es exactamente lo que sucede ahora. Porque, a ver quien puede asegurar que todo el mundo, a pesar de las "ayudas" del estado, puede enviar a sus hijos a la universidad.
Sobre los efectos perversos que esta clase de expropiaciones tienen sobre los precios de los servicios a los que se destinan no voy a decir gran cosa, salvo que producen un aumento de los mismos, a veces un aumento verdaderamente disparatado.
Es una de las razones por las que la enseñanza universitaria de calidad es tan cara que, a pesar de la intervención estatal, poca gente puede permitírsela. Sin esa intervención los ciudadanos tendrían más recursos para pagarla, la competencia sería mayor, también la oferta, los precios serían menores, y más gente disfrutaría del bien que el estado persigue por medio de la expropiación.
El mero hecho de que el estado nos quite a todos el dinero para que "todos podamos" mandar a nuestros hijos a la universidad, trae como consecuencia que sean cada vez menos quienes pueden hacerlo realmente. Es decir, se obtiene el resultado opuesto al que se persigue.