Ante una política que llega a incursiones punitivas que a nuestros abuelos les habrían parecido inconcebibles, como prohibir fumar en todas partes, es muy difícil argumentar que se trata de una exaltación del individuo.
paserifo dijo el día 2 de Mayo de 2010 a las 22:49:
Descontroladas, efectivamente.
La crítica al individualismo tiene un tufillo a religiosidad rancia, elemento que está presente de un modo u otro en todo socialista. El problema de la religión como gran organización coactiva y antiindividual y su crítica es algo que casi todo el mundo asocia como característica de la "izquierda", pero lo que ningún izquierdista reconoce es que dicha crítica no propone ni una reforma de la religión ni su supresión, sino la sustitución de la religión por la política; en particular, por la política única del partido único al que todas las personas habrán de pertenecer y el verdadero motor de la civilización y la única salvación posible.
Es hora de decirlo claramente, el lugar de la Santa Inquisición ha sido ocupado por los curillas/partidarios de la izquierda política. Nada más parecido a un canónigo que un diputado socialista. Nada más parecido a un Vicario que un liberado sindical. Nada más parecido a un Obispo gritón y (en apariencia) de moral incuestionable que un columnista de "Público" o de "El País".
Todos los errores y las iniquidades cometidas por miembros consagrados de la Iglesia católica, responsables por sus pecados del alejamiento de las personas del ideal cristiano, ven ahora su repetición en políticos y comentaristas políticos e historiadores e intelectuales. Pero, igual que en la Iglesia Católica (y en otras iglesias cristianas) la maldad y estupidez de muchos de sus dirigentes contrasta con la santidad de los pocos buenos y sencillos cristianos que van quedando y que aguantan todas las afrentas que les hacen, mucha buena gente de izquierdas vive amargada y sufriendo por culpa de la maldad y la estupidez de los políticos y las políticas de izquierdas de todos los partidos.
Sólo el individuo avanza. La sociedad cambia (a veces a mejor, lo que se suele llamar "progreso") gracias a la suma de éxitos individuales. El éxito colectivo siempre viene precedido por la iniciativa de una sola persona. El viaje más largo comienza con un sólo paso, como dijo (según parece) el maestro Kong. Nunca un comité, asamblea o comisión ha traído algo nuevo y mejor.
El mercado no es un invento atroz, sino el modo de obrar lógico y óptimo en casi toda interacción humana. No creo que sea exactamente natural, porque sería difícil demostrar que la idea de comercio exista en la naturaleza física del hombre, pero la Historia demuestra claramente, abrumadoramente, que el mercado funciona muy bien. Tan bien que es capaz de corregir sus propios errores si se le deja funcionar.
Aunque me parece que diciendo todo esto me acabarán llamando hereje.
Y a usted, don Carlos, heresiarca.
Descontroladas, efectivamente.
La crítica al individualismo tiene un tufillo a religiosidad rancia, elemento que está presente de un modo u otro en todo socialista. El problema de la religión como gran organización coactiva y antiindividual y su crítica es algo que casi todo el mundo asocia como característica de la "izquierda", pero lo que ningún izquierdista reconoce es que dicha crítica no propone ni una reforma de la religión ni su supresión, sino la sustitución de la religión por la política; en particular, por la política única del partido único al que todas las personas habrán de pertenecer y el verdadero motor de la civilización y la única salvación posible.
Es hora de decirlo claramente, el lugar de la Santa Inquisición ha sido ocupado por los curillas/partidarios de la izquierda política. Nada más parecido a un canónigo que un diputado socialista. Nada más parecido a un Vicario que un liberado sindical. Nada más parecido a un Obispo gritón y (en apariencia) de moral incuestionable que un columnista de "Público" o de "El País".
Todos los errores y las iniquidades cometidas por miembros consagrados de la Iglesia católica, responsables por sus pecados del alejamiento de las personas del ideal cristiano, ven ahora su repetición en políticos y comentaristas políticos e historiadores e intelectuales. Pero, igual que en la Iglesia Católica (y en otras iglesias cristianas) la maldad y estupidez de muchos de sus dirigentes contrasta con la santidad de los pocos buenos y sencillos cristianos que van quedando y que aguantan todas las afrentas que les hacen, mucha buena gente de izquierdas vive amargada y sufriendo por culpa de la maldad y la estupidez de los políticos y las políticas de izquierdas de todos los partidos.
Sólo el individuo avanza. La sociedad cambia (a veces a mejor, lo que se suele llamar "progreso") gracias a la suma de éxitos individuales. El éxito colectivo siempre viene precedido por la iniciativa de una sola persona. El viaje más largo comienza con un sólo paso, como dijo (según parece) el maestro Kong. Nunca un comité, asamblea o comisión ha traído algo nuevo y mejor.
El mercado no es un invento atroz, sino el modo de obrar lógico y óptimo en casi toda interacción humana. No creo que sea exactamente natural, porque sería difícil demostrar que la idea de comercio exista en la naturaleza física del hombre, pero la Historia demuestra claramente, abrumadoramente, que el mercado funciona muy bien. Tan bien que es capaz de corregir sus propios errores si se le deja funcionar.
Aunque me parece que diciendo todo esto me acabarán llamando hereje.
Y a usted, don Carlos, heresiarca.
Salud