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Agapito Maestre

El "eurocaos" y las elecciones anticipadas

Las pocas posibilidades que tiene el Gobierno español para mejorar la crisis llevarán a Zapatero a abandonar el populismo que hasta ahora ha practicado y, por ende, convocará elecciones generales anticipadas.

Daré un argumento más, otro, a favor de un posible adelanto electoral. Pero, antes de nada, advierto a mis detractores, a quienes no están de acuerdo conmigo, que ellos no argumentan, sino sólo dicen que los socialistas prefieren antes mantenerse en el poder que arriesgarlo, pero eso no es un argumento. No, no, eso no tiene nada que ver con ningún tipo de razonamiento. Eso es, simplemente, una obviedad. Nada. De lo que se trata es de dar razones que pudieran llevar a Zapatero a convocar elecciones anticipadas, porque no quiere o no puede soportar solo el peso de una crisis económica terrorífica.

Eso se llama pensar la política. O sea, tratar de fundar "racionalmente" una opinión política sin confundir mis deseos con la realidad. En pocas palabras, construyo "escenarios de futuro" con ánimo de no dejarle todo el espacio político a los partidos políticos, o sea, quiero que entre en la agenda de los políticos profesionales un "posible adelanto de elecciones". Acompañado de ese ánimo polémico, sacó a relucir otro argumento a favor de una convocatoria de elecciones generales para otoño. Está basado en las consecuencias que pueden extraerse de una afirmación del premio Nobel de Economía, Paul Krugman, que a su vez repite una antigua y certera tesis de Alberto Recarte, a saber, Europa no estaba preparada para la moneda única.

En efecto, se hizo caso omiso de estas advertencias, concluye Krugman, y frente a la crisis actual que hubiera sido fácil solucionar para países europeos del Sur, como España, con su moneda nacional, hoy es prácticamente imposible hacer nada. Las consecuencias de la moneda única, o mejor, la mala entrada de España en el euro y la terrible crisis, diría Zapatero, venida del capitalismo "especulativo" mundial, son funestas para España. Todos los especialistas concluyen que España con una situación de moneda nacional hubiera salido fácilmente de la crisis; hubiera bastado con devaluar la peseta, según Krugman, un 20%, para que España hubiera empezado a superar la crisis. Por desgracia, hoy, volver a la moneda nacional es impensable, entre otros motivos, según el norteamericano, porque desencadenaría "la madre de todas las crisis financieras."

En fin, si no puede darse marcha atrás, es decir, si no podemos abandonar el euro y reintroducir la moneda nacional, entonces, y esto es lo más trágico del análisis de Krugman, "no hay mucho que el Gobierno español pueda hacer para mejorar las cosas". No hay salida. Los países del Sur se hunden y Europa apenas puede hacer nada por ellos. Se diría que Europa, otra vez, vuelve a quedarse reducida a dos: Francia y Alemania. En los próximos años, concluye Krugman, asistiremos a un doloroso proceso de remiendos: rescates acompañados de exigencias de austeridad despiadada, y todo con un trasfondo de desempleo muy elevado, perpetuado por una dolorosa deflación.

¿Está preparado Zapatero para aguantar solo esa situación horrorosa? No. ¿Tiene algo más que populismo barato el PSOE para soportar una crisis que lo desangra electoralmente? No. El pacto con la patronal y los sindicatos es comida para hoy y hambre para mañana. Necesita un pacto con el PP, pero éste jamás cederá. En fin, las pocas posibilidades que tiene el Gobierno español para mejorar la crisis, la imposible satisfacción del deseo borbónico-socialista de un pacto de Estado de todos los partidos, la constante recensión de España, el crecimiento del déficit público y el paro, el tancredismo del PP y, finalmente, el estancamiento de la economía europea, especialmente de la alemana, llevarán a Zapatero a abandonar el populismo que hasta ahora ha practicado y, por ende, convocará elecciones generales anticipadas.

Prepárese, señor Rajoy. Hoy, seguramente, Zapatero guardará silencio sobre este asunto en el Congreso. Ahora toca marear el Pacto de Estado. Más tarde, utilizará otras medidas populistas. Etcétera. Son todas maniobras dilatorias para agotar sus tiempos de presidente de la UE. Al final, si es coherente consigo mismo, y mantiene su astucia depredadora, convocará elecciones anticipadas.

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