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Juan Morote

Gracias Pepe

La ventaja de tener palmeros apesebrados, léase televisiones de cualquier propietario y medios impresos de casi cualquiera, es que puede salir don José Blanco y rectificar al comisario europeo sin acogerse a dato alguno.

La verdad por delante, tras las declaraciones del egregio ministro de Fomento del Reino de los jirones de España, ya puedo dormir más tranquilo. Después de una semana de zozobra declarada en la economía española, parece que todo está en calma luego de la audaz intervención del bachiller Blanco. El caos en la economía española es de tal magnitud que, probada la inexistencia de algún miembro del Gobierno con un discurso económico mínimamente articulado, han sido los menos ilustrados del Gabinete los que han saltado a la palestra.

La ventaja de tener palmeros apesebrados, léase televisiones de cualquier propietario y medios impresos de casi cualquiera, es que puede salir don José Blanco y rectificar al comisario europeo sin acogerse a dato alguno. Nunca deja de sorprenderme este Blanco, yo pensaba que más allá de insultar a Rajoy, balbucear con dificultad el castellano y ejecutar lo que ya estaba diseñado y presupuestado, no sabía nada más. Pues no señor, el caballerete sabe de economía. Al menos, así lo cree el interfecto.

El señor Blanco ha dicho que la crisis es culpa de la avaricia, la codicia y los mercados. Para el ministro, "rey de las implosivas", los mercados deben ser unos señores con cuernos y rabo que viven en los Estados Unidos y creen en la libertad. Debería saber Blanco que los mercados no son personas, por lo tanto, no tienen atributos diabólicos, es más, representan el instrumento espontáneo más eficaz que existe para lograr un adecuado intercambio de bienes y servicios. Este personajillo de dudoso pelaje es un liberticida que so capa de presentarse como un adalid de la justicia social, está dando pábulo al manido mensaje marxista de que todo lo que representa el capital y el mercado es producto de la avaricia, y conduce a la explotación y a la acumulación de riqueza en manos de unos pocos.

Tome nota don José de que el mercado financiero es el mercado más intervenido que existe. El único bien en el mercado monetario es de producción exclusiva de los Estados: el dinero; estos lo manejan a su conveniencia a través de los bancos centrales. Efectivamente, como usted ha dicho, estamos en presencia de un problema de codicia y de los mercados. Si bien, no como usted piensa, sino a la inversa. Somos presos de unos mercados hiperregulados, para que sirvan a intereses políticos, y además, somos esclavos de unos políticos codiciosos como usted, que no dudan en arruinar a España en aras de cuatro años de reelección. Sí señor ministro, estoy completamente de acuerdo con usted, han sido la codicia de nuestros gobernantes y la mano grasienta de los Estados, ensuciando los mercados, los responsables de la situación que atravesamos. Muchas gracias Pepe.

En Libre Mercado

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