Es para mondarse. Mientras el país se viene abajo y su presidente se disfraza de predicador de película del Oeste, la caterva de aduladores que hay en los medios se agolpan a ver quién le pega el lametón más edulcorado. Hasta los ha habido que lo han llamado teólogo de la liberación. Mejor ha sido el de Lucía Méndez:
Mientras él oraba al Dios de los Evangelios, el dios de los mercados había decidido castigar a España. (...) Pero ahora ya no valen llantos ni crujir de dientes (Mateo 13:42). Ni tampoco sirve de mucho rasgarse las vestiduras (Génesis 37, 34). Los mercados no vienen a por Zapatero. Vienen a por España. En la hora de la responsabilidad, todos los que se apunten al descrédito del país, creyendo que así rematarán a Zapatero, merecen ser castigados.
Los de El País, descreídos como son, se han tomado un poco más a cuchufleta las plegarias, que no oraciones, del ateo Zapatero. Pero cuando han tenido que explicar, como han hecho este domingo, el vacile de la política económica del Gobierno, han recurrido a la misma imagen que la pía Méndez. Titulan: Objetivo: España. El ataque de los mercados pone a prueba al Gobierno. Vuelve el marxismo de taberna adonde solía. Don Karl era un tipo relativamente serio, pero sus secuaces más ramplones, de los que hubo y aún hoy hay en España a calderadas, reducen su doctrina a que el malvado capitalismo telefonea a la egoísta burguesía y quedan en ver cómo jorobar al proletariado. Ahora son los oscuros hedge funds los que escriben un correo electrónico a los pérfidos mercados para ponerse de acuerdo en amargarle la existencia a la gente y convencerla de que se deshagan de quienes se desviven por protegerla, o sea de Zapatero.
Así que, según doña Lucía y El País, la culpa de la crisis en España la tienen los perversos mercados (Cebrián diría "insidiosos", que para eso es académico). Malditos sean ellos y el capitalismo entero, que siempre nos han tenido tirria cuando nos hemos revirado contra ellos y nunca han dejado que España progrese hacia el paraíso socialista.
El caso es que los mercados acosan a España. Nos tienen rodeados. Según Zapatero (lo cuenta Pedro J. en su sábana dominical), todo se debe a un "ataque especulativo contra la moneda única orquestado desde fuera de la zona euro". ¿Será verdad que le dijo eso a la salida del The Washington Post? Y el director de El Mundo, ¿no se ruló de risa? Y si tanta ojeriza le tienen al euro los mercados, ¿por qué no atacan a Alemania o a Francia o a Holanda? ¿Por qué la toman con nosotros? Pues porque los mercados son muy envidiosos y porque saben que aquí hay una "derecha montaraz" muy capaz de hacerle el caldo gordo a los mercados que quieren destruir a España y al euro y ver a Zapatero, un izquierdista de los de verdad, tragar quina hasta hartarse.
Así que ya saben los que piden elecciones anticipadas o Gobierno de coalición. Lo que hay que hacer es apretar las filas y ponerse todos detrás de Zapatero para, con su sabia dirección, hacer frente a los mercados. Por eso, Rajoy apoya la negociación social y no quiere ni oír hablar de elecciones anticipadas. Lo suyo es esperar a 2012 y heredar las ruinas, si es que para entonces no han sido embargadas.