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Pete Geddes

Estimulando la transición energética

Si las tecnologías verdes tienen potencial de producir ganancias, los empresarios invertirán en ellas, como está haciendo Exxon-Mobil con su inversión de 600 millones de dólares en biocarburantes extraídos de algas.

Varios de mis amigos han viajado a Washington para apoyar leyes que reduzcan las emisiones de carbono y aceleren la transición hacia una futura energía "verde". Pero tengo mis dudas. ¿Acaso es Europa un buen modelo en el campo energético? La realidad es que la promoción europea de la energía verde ha tenido un costo altísimo y muy pocos beneficios.

Este año Alemania habrá gastado, durante la última década, 73.200 millones de dólares en subsidios a la energía solar, la cual aporta menos del 1% de la electricidad que se consume en ese país y actualmente se construyen nuevas plantas eléctricas que utilizan carbón para poder satisfacer la demanda.

Dinamarca es el país con el mayor número de turbinas de aire (molinos) en relación a la población, pero no ha podido cerrar ninguna planta eléctrica de carbón. Se requieren 2.500 turbinas de viento para sustituir una sola planta eléctrica grande, nuclear o de carbón.

El ministro de Energía, Steven Chu, lamenta que el 99% de las baterías que utilizan los vehículos híbridos en Estados Unidos son fabricadas en Japón. A mediados de los años 90, 40% de las células solares producidas en el mundo eran fabricadas en Estados Unidos, pero hoy apenas 7% se producen aquí. Y el ministro nos tendría que explicar cómo nos beneficia utilizar productos nacionales más caros, en lugar de los mejores y más baratos que importamos.

El temor a depender de proveedores extranjeros es una excusa proteccionista y en todas partes donde prevalece el proteccionismo resulta perjudicada la población, especialmente los más pobres, mientras que se beneficia a un reducido número de personas y empresas que gozan de buenos contactos políticos.

Si las tecnologías verdes tienen potencial de producir ganancias, los empresarios invertirán en ellas, como está haciendo Exxon-Mobil con su inversión de 600 millones de dólares en biocarburantes extraídos de algas. Pero si la tecnología no resulta competitiva, ninguna combinación de subsidios gubernamentales y favores políticos lograrán que perdure.

El Gobierno de Obama, al igual que el anterior de Bush, reconoce el fracaso tanto tecnológico como político del Tratado de Kioto sobre el cambio climático. Y lo que se discute en el Congreso de Estados Unidos es una combinación de impuestos a la emisión de carbonos y subsidios gubernamentales masivos a ciertas y determinadas industrias.

Una alternativa mucho mejor sería reducir los impuestos y dejar que funcione el libre mercado, donde triunfa lo que realmente conviene a la gente y desaparece lo que la gente no desea.

En Libre Mercado

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