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Carlos Rodríguez Braun

Verdú y la crisis

¿Qué entiende Verdú por abuso de las privatizaciones? ¿Le parecería bien que el INI siguiese existiendo o incluso creciendo y arrebatando aún más dinero a los contribuyentes?

Vicente Verdú escribió en El País: "La crisis nos puede salvar". Una frase atractiva y original que, no obstante, venía seguida de los más manidos tópicos del pensamiento único: "El hiperindividualismo cae... Contra la abusiva tendencia de privatizaciones desde los años setenta vuelve la mano del Gobierno... Contra la tendencia privatizadora, vuelve el Estado como asidero... El Estado de bienestar socialdemócrata procuró una amplia protección social que dio origen a la formación de una amplia clase media".

El punto de partida parece una falacia. No sé muy bien qué es el "hiperindividualismo", pero todo indica que las subidas de impuestos, del gasto público, de la deuda pública, y las más profusas y minuciosas regulaciones sobre la vida y la propiedad de los individuos, que se han registrado en las últimas décadas, son incompatibles con el individualismo, híper o no híper.

Esa expansión contrastable del sector público es también incompatible con unas privatizaciones "abusivas". El señor Verdú no reconoce que el intervencionismo puede retroceder en algunos campos pero ampliarse tanto en otros que el efecto conjunto sea una incursión mayor sobre los bienes de sus súbditos, que es lo que ha sucedido. Y además ¿qué entiende él por abuso de las privatizaciones? ¿Le parecería bien que el INI siguiese existiendo o incluso creciendo y arrebatando aún más dinero a los contribuyentes?

La dimensión coactiva de la política parece escapársele, y sólo así se entiende que llame al Estado "asidero", como si fuera algo que sólo asiste y nunca cuesta. Análoga fantasía es la de pensar en el Estado como creador de la clase media, nada menos, como si hubiese obtenido sus recursos mágica y gratuitamente, y no arrebatándoselos a esa misma clase media, objeto principal de sus exacciones.

En un punto importante, sin embargo, don Vicente acierta. Dado el estímulo que las presentes calamidades económicas han brindado a los Estados y a los recelosos de la libertad en todos los países y todos los partidos, es verdad que a ellos la crisis efectivamente los puede salvar.

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