El peligro de las pensiones de la Seguridad Social es que son una estafa piramidal, y hay que pasar a un sistema de capitalización lo antes posible.
La condena a una gravísima crisis social la genera en mayor medida los mensajes de desconfianza sin fundamento.
El incremento del empleo depende en mayor medida de las expectativas de vender más que del coste laboral, siendo que éste, en España, es incluso más bajo que en otros países de la UE. Así que la demagogia está en quienes pretenden convencernos de que una reducción de las cotizaciones incrementará el empleo.
El sistema de pensiones, hoy por hoy, todavía presenta superávit presupuestario. El que se esté reduciendo la recaudación es tan previsible y dice tanto o tan poco como decía cuando sucedía lo contrario. No hay porque proyectar la situación coyuntural al futuro.
No conozco qué fundamento económico, ni sencillo ni complejo, puede asegurar que la reducción de las cotizaciones se va a traducir en un incremento suficiente del empleo que permita mantener la recaudación. Aunque la lógica simple me dice que una reducción de las cotizaciones incrementa, de manera directa e inmediata el beneficio empresarial.
Apelando a un mínimo de sensatez y utilizando unos conocimiento rudimentarios de economía estaría por apostar por la utilización del fondo de reserva o de otros recursos públicos para ayudar a quienes están en situación de necesidad. Entiendo que así los empresarios venderían más y contratarían a más gente.
Menos mal que el fondo de reserva de la SS se ha invertido en deuda pública, no sólo española, también francesa y alemana, y no en renta variable, como estuvo a punto de hacerse.
Otra cosa más, las manirrotas autonomías, entre ellas las deficitarias gobernadas por el PP, son las que prestan importantes servicios a la población (sanidad, educación...).
Por ultimo, el peligro real son quienes están lanzado constantes mensajes sin fundamento, generando desconfianza. Eso sí que puede frenar el proceso de recuperación.
Conchas.
Estafa es lo que el mercado financiero ha hecho a los ahorradores en fondos de pensiones. Menos mal que en España a los que se jubilan ahora no hace falta liquidar las participaciones rápidamente porque tienen la pensión pública.
A poco que uno mire más allá de lo que dice la publicidad engañosa, puede darse cuenta de que la diferencia fundamental entre capitalización y reparto, en la sociedad actual, está en quiénes manejan los fondos. En consecuencia, si hay o no comisiones en la intermediación, respectivamente.
El envejecimiento de la población no es un problema. Es el logro del progreso. La disminución de la población cotizante, si es que llega a producirse, será consecuencia del crecimiento de la productividad. En tal caso, con menos trabajadores cada vez se producirá más. Si es así, sólo hace falta que se establezcan mecanismos de redistribución del empleo y de la renta.
Si el envejecimiento fuese un problema, porque no creciese la productividad o se hubiese agotado la población activa –todavía hay mucho margen-, no sé de dónde obtendría la rentabilidad nuestro fondo capitalizado. Tampoco sé a quienes podríamos venderles nuestras participaciones para liquidar nuestras rentas para la jubilación.
Conchas.