A veces creo que todos somos víctimas de un programa de cámara oculta en la que un gancho, Zapatero, nos somete a una prueba tras otra, a cual más humillante, a ver cuánto tardamos en darnos cuenta de que todo es una broma.
El País recoge muchas de sus palabras en la reunión del Comité Federal del PSOE del sábado pasado. "Tan importante es salir de la crisis como salir con estabilidad y paz social". ¿Se imaginan a un médico diciéndoles "tan importante es salir de la enfermedad como hacerlo fuerte y sano"? Lo que puede cargarse la estabilidad y la paz social es precisamente la crisis, una crisis de la que él, no ya es que no sepa sacarnos, sino que son sus medidas supuestamente dirigidas a salir con estabilidad y paz social las que nos hunden cada vez más en ella.
"Los datos son escandalosos, los trabajadores tributan más que muchos empresarios; la subida irá para las rentas más altas por distintos mecanismos", y lo dice después de que su vicepresidenta ha afirmado que las SICAVS, las sociedades patrimoniales de los más ricos, seguirán tributando al 1%.
"Nuestro proyecto es coherente, aunque gobernar también incluye improvisar, faltaría más". Desde luego, Zapatero no es el primer gobernante que improvisa, ni con toda seguridad será el último. Ahora, sí es el primero que farda con orgullo de hacerlo.
"He librado una dura batalla con los poderosos, y aun esos mismos poderosos no tienen reparo en pedir ayuda para sus sectores empresariales". Cuando lo que propiamente ha hecho es dejar de ayudar a unos poderosos, los de Prisa, para ayudar a otros, los de Mediapro, en base al obvio argumento de que éstos, en sus medios, se portan con él mejor que aquéllos.
"Son hipócritas los que critican la inminente subida de impuestos y a la vez piden ayudas". También lo son los que justifican subidas de impuestos en la necesidad de ayudar a los parados sin subsidio y luego regalan 3.800 millones de euros al Tripartito catalán para que lo gaste en perseguir a quienes rotulan en castellano, subvencionar asociaciones que propugnan el boicot a los productos españoles de fuera de Cataluña y abren faraónicas pseudo-embajadas en el extranjero sin ninguna utilidad práctica. Y 7.200 más en callarles la boca al resto de las comunidades autónomas para que no protesten. Todo eso sin contar el perdón de la deuda a Evo Morales, la financiación de las asociaciones de gays y lesbianas de Zimbabwe y la provisión de más de 600 asesores, cuyo asesoramiento, para más inri, tan poco aprovecha al asesorado.
"Lo peor de la crisis ha pasado, aunque no sus efectos". El caso es que lo malo de una crisis son precisamente sus efectos. Es más, lo que evidencia la existencia de una crisis son los efectos que tiene. ¿Se imaginan que el médico les dijera que lo peor de la enfermedad ha pasado, pero no sus efectos y que por lo tanto pueden morirse en cualquier momento?
"El Gobierno no debe intervenir en nada porque eso supone una injerencia, pero todo depende del Gobierno". Ante tal despliegue de coherencia intelectual, sobran comentarios.
"Parte del tejido empresarial que se ha destruido es de cartón piedra, por lo que, en efecto, lo que se necesita es una reforma empresarial más que una reforma laboral". Lo que se necesita es que un tipo así deje de gobernarnos. Y luego decimos que Berlusconi es un payaso.