La decisión de Pedro Solbes de seguir los pasos de Jordi Sevilla y César Antonio Molina y abandonar su escaño en el Congreso, no por previsible deja de confirmar las denuncias que este mismo lunes hacía El País respecto al "desconcierto" y el "desánimo" que cunde entre las filas socialistas ante la improvisación de Zapatero frente a la crisis económica.
Y es que por mucho que Zapatero insista en que estamos en el inicio de la recuperación –algo que el presidente del Gobierno viene reiteradamente repitiendo prácticamente desde los tiempos en los que aun negaba la existencia misma de la crisis–, la realidad es tozuda y le sigue desmintiendo. Este mismo lunes, la Comisión Europea, a través de su comisario de Asuntos Económicos, el socialista Joaquín Almunia, nos ha anunciado que la economía española será la única de las grandes de la UE que continuará sumida en la recesión durante todo 2009. Así, mientras mantiene la contracción prevista para el conjunto de la UE y la zona del euro, la Comisión Europea ha rebajado nuevamente sus anteriores previsiones para España, de mayo pasado, desde el -3,3% al -3,7%.
Lejos de afrontar uno sólo de los "desequilibrios estructurales" a los que ha hecho referencia Almunia, lo cierto es que Zapatero a lo único que se ha dedicado es a disparar el gasto y el endeudamiento público, a distraer a la opinión pública con un Plan de Economía Sostenible, que ni siquiera sus compañeros de Gabinete saben en qué consiste, y, más recientemente y para rematar la faena, a elevar los impuestos. Es lógico que ante semejante espectáculo, muchos diputados socialistas no oculten su malestar, por mucho que se mantengan en el anonimato, ante un Gobierno en el que, como dice uno de ellos, "las leyres y las bibianas han sustituido a los jáureguis y a los sevilla". En esta misma línea de crítica contra la falta de conocimiento y de experiencia, estos disputados reproducen las palabras de Peces Barba que dijo que "en la preferencia del presidente del Gobierno de la juventud sobre la experiencia, está quizás el error más de fondo que ha podido propiciar estos lodos".
Con todo, no se de qué se sorprenden ahora: por mucha que sea la inconsistencia intelectual y la falta de conocimientos y experiencia de "las leyres y las pajines", esta no es mayor que la que ofrece el propio presidente de Gobierno. ¿Qué puede ofrecer, al margen de su relativa juventud, el presidente del Gobierno? No sé si Zapatero, que pocos días antes de convertirse en presidente creía que el equilibrio presupuestario era algo distinto al déficit cero, llegó o no a recibir del ahora desencantado Jordi Sevilla aquellas célebres lecciones de economía "en dos tardes". Lo que sé es que a su acreditada ignorancia en el ámbito económico, se le une la más absoluta falta de experiencia laboral fuera del ámbito político. Incluso dentro de este, Zapatero antes de convertirse en presidente, carecía de la más minima experiencia de gerencia o de gobierno, aunque fuese en el ámbito autonómico o municipal.
Cosa distinta es que ahora Zapatero ni consulte ni se rodee de gente relativamente algo más consistente, y sobre todo, que medios de comunicación, comoEl País, ya no estén dispuestos, sin recibir más favores a cambio, a ver brotes verdes donde sólo hay hierbajos.