Lo que es puro escarnio es eso de que Hacienda “pide” dinero al pueblo. No, don Carlos, usted debe empezar por lo más básico, que es reconocer que el Estado no pide nada a nadie: el Estado obliga.
INFICD dijo el día 14 de Septiembre de 2009 a las 14:45:
Señor Rodríguez Braun, bravo por su análisis, pero me temo que la gran mayoría de los lectores de los periódicos caen una y otra vez en la red de la falacia:
Si el señor Zapatero habla de presión fiscal, no de impuestos claramente, y de "solidaridad" para ayudar a los más necesitados, el mensaje propagandístico, en consecuencia, habla también por boca del secretario de Estado de Hacienda de "pedir dinero". El ciudadano español, al final, tendrá su vida más controlada por el Estado y ni si tan siquiera se dará cuenta.
El pobre necesitado, no tiene la libre decisión de pagar o de no pagar impuestos, no se le pide se le obliga, y también es solidario si se lo pide su presidente, no se le pide se le obliga. Por tanto, el pobre necesitado ni recibe una notificación de solicitud de solidaridad ni de dinero sino que cuando compra tabaco, paga impuesto, cuando compra alcohol, paga impuesto, cuando reposta carburantes, paga impuesto. Por ello, el pobre necesitado si el Estado sube los impuestos es más pobre aún aunque más "solidario" que ningún otro.
Señor Ocaña, tirar con escopeta ajena no es hacer política. Si no que se lo pregunten a su compañero de partido señor Bermejo. Basta ya de engañar al pueblo para vivir a costa de él.
Un adelgazamiento del Estado es austeridad, una decisión y se puede llevar a cabo con el más amplio consenso posible.
La rigurosidad, tal vez, si estuviesemos hablando de otro país.
Señor Rodríguez Braun, bravo por su análisis, pero me temo que la gran mayoría de los lectores de los periódicos caen una y otra vez en la red de la falacia:
Si el señor Zapatero habla de presión fiscal, no de impuestos claramente, y de "solidaridad" para ayudar a los más necesitados, el mensaje propagandístico, en consecuencia, habla también por boca del secretario de Estado de Hacienda de "pedir dinero". El ciudadano español, al final, tendrá su vida más controlada por el Estado y ni si tan siquiera se dará cuenta.
El pobre necesitado, no tiene la libre decisión de pagar o de no pagar impuestos, no se le pide se le obliga, y también es solidario si se lo pide su presidente, no se le pide se le obliga. Por tanto, el pobre necesitado ni recibe una notificación de solicitud de solidaridad ni de dinero sino que cuando compra tabaco, paga impuesto, cuando compra alcohol, paga impuesto, cuando reposta carburantes, paga impuesto. Por ello, el pobre necesitado si el Estado sube los impuestos es más pobre aún aunque más "solidario" que ningún otro.
Señor Ocaña, tirar con escopeta ajena no es hacer política. Si no que se lo pregunten a su compañero de partido señor Bermejo. Basta ya de engañar al pueblo para vivir a costa de él.
Un adelgazamiento del Estado es austeridad, una decisión y se puede llevar a cabo con el más amplio consenso posible.
La rigurosidad, tal vez, si estuviesemos hablando de otro país.