A Mariano Rajoy no se le ha ocurrido nada mejor que apelar a Schumpeter como suprema fuente de autoridad intelectual ante el errático arbitrismo fiscal de Zapatero, el mismo que volvió a exhibir a lo largo de todo el debate en el Congreso. Clarividente manera de infundir confianza a la tropa de a pie. Pues, aunque algunos suscriptores del Marca lo ignoren, la mayor contribución de ese autor al pensamiento económico fue su absoluta certeza en cuanto al colapso final y consiguiente autodestrucción del capitalismo. Fatal apocalipsis sistémico que, a su ilustre parecer, alumbrará tras de sí un nuevo orden socialista planetario. En fin, como para andar llamándole "solemne" al otro.
Por lo demás, demagogia de bote, sal gorda y carnaza retórica para consumo de los hooligans aparte, el encaro entre los "líderes" ha vuelto a acreditar que la diferencia entre Coca Cola Zero y Pepsi Light resulta infinitamente superior a la que separa a Rajoy de Zapatero, y viceversa. Así, si el uno pugna por presentarse como un entusiasta del parto comunitario sin dolor, el otro se confiesa fanático adepto a la acupuntura social. De hecho, los dos podrían levantar un fortunón vendiendo esos milagrosos cursos de idiomas por correspondencia que no requieren esfuerzo alguno por parte del alumno: sin horarios, sin clases, sin profesor, sin necesidad de memorizar nada, cómodamente sentado en su sofá...
"Diga la verdad", conminó, teatral, Rajoy a su alter ego durante la sesión. ¿Y por qué no se deja de pedirle peras al olmo y nos la dice usted, hombre? Porque la verdad es que PP y PSOE, PSOE y PP, andan de acuerdo, sin ir más lejos, en conservar lo esencial de la legislación laboral heredada del fascio redentor, ésa que hoy supone la mayor barrera de entrada para los jóvenes en el mercado de trabajo. ¿O no, don Mariano? Al igual que ambos, PP y PSOE, PSOE y PP, resultan cómplices convictos y confesos de la aristocracia funcionarial –tres millones de votos blindados– frente a la imperiosa urgencia de contraer el gasto corriente del Estado. ¿O acaso Rajoy promueve que la congelación de salarios acordada en multinacionales como SEAT se extienda a la Administración? No caerá esa breva.
¿Que no he escrito nada de los impuestos? Ah, sí, el chocolate del loro, claro.