Ana Pastor, destacada dirigente del PP, criticó al Gobierno porque "lleva cinco años sin tomar ninguna decisión", reclamó "una protección social sostenible y de calidad", una reforma de las pensiones que financie la gran dependencia y un aumento del empleo indefinido. Juan Bravo, concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, se defendió así en ABC de la acusación de voracidad recaudatoria: "Sobre todo se vincula a las multas de tráfico. La realidad no es esa; es todo lo contrario. Por ejemplo, el Servicio de Estacionamiento Regulado (S.E.R) es deficitario".
Es interesante el reproche de la derecha al Gobierno porque no gobierna. Rajoy le ha pedido encarecidamente que lo haga una y otra vez. En ningún caso se les ocurre a los del PP que igual lo mejor que podrían hacer los socialistas es no hacer nada. Esto no lo conciben: sólo conciben al Gobierno gobernando, tomando decisiones tan socialistas como las que siempre reclama Ana Pastor: más gasto "social", o sea, político. Y, naturalmente, sostenible y de calidad. Si hay que hacer algo con los gastos, de cualquier tipo, es aumentarlos. El mercado de trabajo español crea paro porque está intervenido. Y Ana Pastor quiere intervenirlo aún más.
Tampoco admite ningún intersticio liberal Juan Bravo, que recurre a afrentar la inteligencia del respetable. Fritos a multas, los madrileños protestan, y la insólita explicación de don Juan es que, como el S.E.R. es deficitario, los ciudadanos no deberían quejarse porque las multas podrían ser mucho más elevadas.
Última tomadora de pelo del concejal: tras jurar que no van a subir los impuestos, planteó la inocente propuesta de que para las plusvalías la base imponible "no debe ser el valor catastral sino el de la escritura". Y no se molestó en añadir: salvo en el prácticamente imposible caso de que sea más bajo.