¡Qué razón tiene señor Raga! No sabe como me identifico con usted cuando sugiere que lo normal es cancelar la cena o, como mÃnimo, ausentarse la parte que realmente sienta el fracaso de la negociación. En cuanto a lo que dice usted de los representantes sindicales estoy todavÃa más de acuerdo si eso es posible. Soy una humilde currita de oficina. Paso de los cuarenta. Estuve en dique seco más de seis años porque me sobrevino una sordera a consecuencia de una gripe y es lo que tardé en armarme de valor y volver a la calle a por trabajo. Ahora llevo más de ocho años trabajando después de ese hiato. Siempre he sido de las que ponen entusiasmo en lo que hacen y, créame, he hecho muchas cosas. Pues bien, lo primero que me pasó en la empresa en la que trabajo es que me 'culparon' de trabajar demasiado. No puede ni imaginarse el infierno en que vivà durante cuatro años. Me presionaron mi jefa más directa, los enlaces sindicales y los compañeros por ese orden. Los sindicalistas me echaban en cara que yo 'perjudicaba' a mis compañeros ya que los jefes, esos seres abyectos que se alimentan de nuestra sangre, terminarÃan por exigir de mis compañeros la productividad que yo elevaba 'artificialmente'. Pensé que terminarÃan mis cuitas cuando acepté ser trasladada a un departamento que ofrece servicios bancarios como apoyo a mis nuevas jefas, perdiendo la prima por productividad que tenÃa ya que el puesto no contemplaba ese plus. Ilusa de mà me esforcé como nunca para mejorar mi trabajo continuamente ya que éste es mucho más técnico. Llegó el momento en que asimilé tareas que están dos categorÃas por encima de mà y ¿que cree que me contestaron los enlaces sindicales a los que recurrà para mejorar mi categorÃa? Pues dos me dijeron abiertamente que como no atiendo teléfono serÃa muy difÃcil defender mi caso ante un tribunal. Soy discapacitada, tengo mi certificado donde dice que tengo una pérdida bilateral del 80% de audición. Tuvieron el valor de decirme eso trabajando (es un decir) conmigo todos los dÃas. El último al que recurrà por parecerme menos maleado me dijo que mejor no moviera nada porque me podrÃan bajar la categorÃa a auxiliar administrativo. Con representantes sindicales asà créame que yo rezo todos los dÃas para que no se presente la ocasión de necesitarlos porque terminan por atarme una piedra al cuello para acelerar mi hundimiento y que me calle de una vez ¡es que soy imposible. vamos!
¡Qué razón tiene señor Raga! No sabe como me identifico con usted cuando sugiere que lo normal es cancelar la cena o, como mÃnimo, ausentarse la parte que realmente sienta el fracaso de la negociación.
En cuanto a lo que dice usted de los representantes sindicales estoy todavÃa más de acuerdo si eso es posible.
Soy una humilde currita de oficina. Paso de los cuarenta. Estuve en dique seco más de seis años porque me sobrevino una sordera a consecuencia de una gripe y es lo que tardé en armarme de valor y volver a la calle a por trabajo. Ahora llevo más de ocho años trabajando después de ese hiato.
Siempre he sido de las que ponen entusiasmo en lo que hacen y, créame, he hecho muchas cosas. Pues bien, lo primero que me pasó en la empresa en la que trabajo es que me 'culparon' de trabajar demasiado.
No puede ni imaginarse el infierno en que vivà durante cuatro años. Me presionaron mi jefa más directa, los enlaces sindicales y los compañeros por ese orden.
Los sindicalistas me echaban en cara que yo 'perjudicaba' a mis compañeros ya que los jefes, esos seres abyectos que se alimentan de nuestra sangre, terminarÃan por exigir de mis compañeros la productividad que yo elevaba 'artificialmente'.
Pensé que terminarÃan mis cuitas cuando acepté ser trasladada a un departamento que ofrece servicios bancarios como apoyo a mis nuevas jefas, perdiendo la prima por productividad que tenÃa ya que el puesto no contemplaba ese plus.
Ilusa de mà me esforcé como nunca para mejorar mi trabajo continuamente ya que éste es mucho más técnico.
Llegó el momento en que asimilé tareas que están dos categorÃas por encima de mà y ¿que cree que me contestaron los enlaces sindicales a los que recurrà para mejorar mi categorÃa? Pues dos me dijeron abiertamente que como no atiendo teléfono serÃa muy difÃcil defender mi caso ante un tribunal. Soy discapacitada, tengo mi certificado donde dice que tengo una pérdida bilateral del 80% de audición.
Tuvieron el valor de decirme eso trabajando (es un decir) conmigo todos los dÃas.
El último al que recurrà por parecerme menos maleado me dijo que mejor no moviera nada porque me podrÃan bajar la categorÃa a auxiliar administrativo.
Con representantes sindicales asà créame que yo rezo todos los dÃas para que no se presente la ocasión de necesitarlos porque terminan por atarme una piedra al cuello para acelerar mi hundimiento y que me calle de una vez ¡es que soy imposible. vamos!