No se disculpe, Sr. Raga, su protesta es tibia comparada con la que yo escribiría si dispusiera de una columna y de su prestigio personal.
Me da escalofríos la "inversión" obligatoria que nos va a tocar hacer a todos para que estos mamones sigan jugando al golf, cazando y redecorando sus despachos.
Y luego que nos hablen de la "obra social" que realizan las Cajas...
Y a mí, que por razón de edad, y Deo volente, me quedan más años que a D. José en este valle de impuestos, me va entrando una creciente melancolía viendo el cada vez más evidente y cerrado Régimen político en el que nos van metiendo de hoz y coz. Sobre todo, coz.