El nepotismo funcionarial y el favoritismo empresarial vía subvenciones, rescates y ayudas públicas de toda índole y condición campa a sus anchas y amenaza con convertir a este país en una sociedad parasitaria. Sufrimos una plaga propia del Tercer Mundo.
tomasin1 dijo el día 18 de Junio de 2009 a las 01:32:
Es interesante el comentario de Manuel Llamas sobre la zozobra de la economía española, pero quizás no ha tenido el valor de llamar a las cosas por su nombre o ingenuamente cree que los españoles somos pasotas por una cuestión simplemente caracteriológica. El problema tiene su raiz en varias causas, a mi modo de entender:
1) La sociedad española se caracteriza por estar escindida de forma acusada desde el punto de vista cultural. Existe una juventud bastante culta (alrededor del 15% de la sociedad española posee estudios superiores) frente a una población "plus agé" , una parte de la cual, no despreciable en cuanto a su porcentaje, es analfabeta funcional. Este sector poblacional es un buen caldo de cultivo para las ideas demagógicas y populistas de un gobierno como el del PSOE. Esto lo sabían muy bien Felipe González y Alfonso Guerra que en sus mitines lo supieron explotar.
Es sencillo prometer al electorado español que las pensiones subirán en lo referente a su cuantía, que el salario mínimo no se congelará. Esto crea confianza y también procura votos.
2) El gobierno domina los medios de comunicación. Los informativos de la cadena estatal no son ni de lejos tan incisivos como los de Antena 3, por ejemplo. El opio del pueblo no es la religión como afirmaba Marx. En nuestros días los descendientes ideológicos de Marx utilizan su propia droga para con el pueblo: la televisión. Mientras , Zapatero como el Candido de Voltaire utiliza un discurso "rassûrant", no hay que ser catastrofista, "tout va au mieux".
3) También el gobierno controla las huelgas y las manifestaciones públicas a través de los sindicatos obreros que subvenciona alegremente; que yo sepa no hay sindicatos obreros de derechas, esta arma nunca la han tenido los partidos de esta índole. Con la situación catastrófica en que se encuentra la economía española y un nivel de paro que ya esta cerca del 19%, según los datos de "eurostat" , ¿cómo, sino se puede comprender que los sindicatos no hayan levantado la cerviz para rebelarse contra el gobierno y declarar una huelga general?.
En general , tiene toda la razón del mundo, Llamas, son malos tiempos para todo el pueblo español y en particular para las empresas que ven disminuir sus ingresos a pasos agigantados y que cierran del orden de 1000 cada hora. El problema no es tanto que el gobierno subvencione a unas empresas y no a otras, como el hecho de que apenas existan ayudas para las pequeñas empresas que crean el 80% del empleo en España. Si los salarios siguen creciendo muy por encima de la inflación, el despido no se abarata, si la mayoría de las cargas sociales recaen sobre las empresas y no tanto sobre los empleados y no se rebaja el impuesto sobre beneficios, estamos matando a "la gallina de los huevos de oro".
Al gobierno que no podía ni puede sacar más de las empresas, ya que están exhaustas, sólo le quedaba por hacer lo que no ha tenido más remedio que hacer: subir los impuestos indirectos.
Por una mala comprensión de la economía o debido a su tozudez ideológica, el ejecutivo hace ahora recaer los impuestos sobre las capas más bajas de la sociedad ¿o acaso tener un coche es signo de opulencia?.
Su fin era buscar la justicia social y está consiguiendo lo contrario: se está cargando a la clase media y depauperando a la ya castigada clase obrera.
Es interesante el comentario de Manuel Llamas sobre la zozobra de la economía española, pero quizás no ha tenido el valor de llamar a las cosas por su nombre o ingenuamente cree que los españoles somos pasotas por una cuestión simplemente caracteriológica. El problema tiene su raiz en varias causas, a mi modo de entender:
1) La sociedad española se caracteriza por estar escindida de forma acusada desde el punto de vista cultural. Existe una juventud bastante culta (alrededor del 15% de la sociedad española posee estudios superiores) frente a una población "plus agé" , una parte de la cual, no despreciable en cuanto a su porcentaje, es analfabeta funcional. Este sector poblacional es un buen caldo de cultivo para las ideas demagógicas y populistas de un gobierno como el del PSOE. Esto lo sabían muy bien Felipe González y Alfonso Guerra que en sus mitines lo supieron explotar.
Es sencillo prometer al electorado español que las pensiones subirán en lo referente a su cuantía, que el salario mínimo no se congelará. Esto crea confianza y también procura votos.
2) El gobierno domina los medios de comunicación. Los informativos de la cadena estatal no son ni de lejos tan incisivos como los de Antena 3, por ejemplo. El opio del pueblo no es la religión como afirmaba Marx. En nuestros días los descendientes ideológicos de Marx utilizan su propia droga para con el pueblo: la televisión. Mientras , Zapatero como el Candido de Voltaire utiliza un discurso "rassûrant", no hay que ser catastrofista, "tout va au mieux".
3) También el gobierno controla las huelgas y las manifestaciones públicas a través de los sindicatos obreros que subvenciona alegremente; que yo sepa no hay sindicatos obreros de derechas, esta arma nunca la han tenido los partidos de esta índole. Con la situación catastrófica en que se encuentra la economía española y un nivel de paro que ya esta cerca del 19%, según los datos de "eurostat" , ¿cómo, sino se puede comprender que los sindicatos no hayan levantado la cerviz para rebelarse contra el gobierno y declarar una huelga general?.
En general , tiene toda la razón del mundo, Llamas, son malos tiempos para todo el pueblo español y en particular para las empresas que ven disminuir sus ingresos a pasos agigantados y que cierran del orden de 1000 cada hora. El problema no es tanto que el gobierno subvencione a unas empresas y no a otras, como el hecho de que apenas existan ayudas para las pequeñas empresas que crean el 80% del empleo en España. Si los salarios siguen creciendo muy por encima de la inflación, el despido no se abarata, si la mayoría de las cargas sociales recaen sobre las empresas y no tanto sobre los empleados y no se rebaja el impuesto sobre beneficios, estamos matando a "la gallina de los huevos de oro".
Al gobierno que no podía ni puede sacar más de las empresas, ya que están exhaustas, sólo le quedaba por hacer lo que no ha tenido más remedio que hacer: subir los impuestos indirectos.
Por una mala comprensión de la economía o debido a su tozudez ideológica, el ejecutivo hace ahora recaer los impuestos sobre las capas más bajas de la sociedad ¿o acaso tener un coche es signo de opulencia?.
Su fin era buscar la justicia social y está consiguiendo lo contrario: se está cargando a la clase media y depauperando a la ya castigada clase obrera.