La política nacional vuelve a pasar por Andalucía. El discurso de investidura de Griñán en Andalucía marca un cambio de estilo y estrategia de los socialistas en esta región. Por ejemplo, es la primera vez que un socialista habla en serio de educación para afrontar la crisis. Era previsible y así lo anuncié aquí. Porque Andalucía sigue siendo decisiva para los socialistas, la sustitución de Chaves por Griñán es determinante para el futuro de Zapatero. De hecho, creo que ha sido el cambio más relevante llevado a cabo por Zapatero en el nuevo Gobierno. No me extraña que Arenas esté preocupado. Se enfrenta a un político más inteligente que Chaves y, sobre todo, muchísimo más honrado que la mayoría de los socialistas andaluces. Diría que su principal carta de presentación es la honradez y quizá una chispa de cultura superior a la media de los socialistas andaluces.
Nadie olvide que Griñán fue también el principal recurso, en realidad, el único recurso del que dispuso en su época González. Éste no tenía a nadie "decente y presentable" para hacerlo ministro de Trabajo y Sanidad. Sí, sí, cuando la corrupción perseguía a González por todas partes, recurrió a este hombre culto y un poco asceta. Hijo de un alto militar del franquismo –su padre fue comandante de la Guardia de Franco durante muchos años–, que, después de jubilado como militar, trabajó en Sevilla para el Banco Mercantil Industrial, Griñán estudió Derecho y se casó con la hija de otro general franquista de la ciudad. Este hombre amante de su familia, austero y gran conocedor del mundo de los caballos, afición que le vino por el famoso general Sagardoy, íntimo amigo de su padre, está dispuesto a ponérselo difícil a Javier Arenas.
La prueba de lo que digo ha sido su discurso de investidura. Cambio de estilos, maneras y, sobre todo, de mensajes. ¿Será capaz de llevarlo a cabo? Lo dudo, pero sería ridículo no valorar el nuevo discurso. Arenas tendrá que redoblar su trabajo, e incluso, insisto, pedir más contundencia a su jefe político, en Madrid. En cualquier caso, el cambio positivo para los socialistas de Chaves por Griñán no garantiza que éste pueda coronar con éxito esta nueva etapa. Griñán tiene un pasado no sólo en la Junta de Andalucía que es lamentable, sino que tiene una historia aún más oscura en el Gobierno de España. Griñán actuó en el Gobierno de González, decentemente, pero su gestión fue una catástrofe para el mundo del trabajo; en efecto, cuando llegó al ministerio la tasa de desempleo era del 14% y, por supuesto, cuando se marchó la dejó en el 22%. Un escándalo. Creo que aún no ha sido superado.
Por ahí, por ese escándalo insuperable, deberá hacer oposición Arenas. Más aún, Arenas tiene que contar y gritar por todas partes su gestión en el Ministerio de Trabajo frente a la labor de Griñán. O Arenas aprovecha esa baza o la "ascética" de Griñán paralizará el empuje del PP.