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Carlos Rodríguez Braun

Keynes y Roosevelt

La creencia ciega de que la política intervencionista y expansiva contribuyó a revertir la depresión americana es eso, ciega. La profesión de los economistas está lejos de haber alcanzado el consenso en este campo.

Lo leí en El País, pero lo pude haber leído en cualquier periódico de España y casi en cualquiera del mundo: “Las tesis de Keynes fueron decisivas en la política que instrumentó Roosevelt para sacar a Estados Unidos de la Gran Depresión de 1929”. Ni fueron decisivas, ni sacaron a Estados Unidos de la depresión, ni fueron de Keynes.

John Maynard Keynes publicó su Teoría General en 1936. Es un compendio de fallos del mercado, con la recomendación del gasto público, incluso en los capítulos más estrafalarios, para superar la crisis. El mensaje antiliberal estaba lejos de ser original, y flotaba en el ambiente desde hacía mucho tiempo. Los políticos lo habían proclamado reiteradamente, y varios años antes de la Teoría General la consigna de aumentar el gasto público para reactivar la economía británica y crear un millón de empleos había presidido la campaña electoral de Lloyd George, campaña que respaldó el propio Keynes (Keynes respaldó a George, no al revés), junto con H.Henderson, en un panfleto titulado Can Lloyd George do it?, que apareció antes del estallido de la gran crisis, en mayo de 1929. Si Roosevelt expandió el gasto público, no fue por la influencia del pensamiento de Keynes, que aún tardaría en conquistar el mundo académico.

La creencia ciega de que la política intervencionista y expansiva contribuyó a revertir la depresión americana es eso, ciega. La profesión de los economistas está lejos de haber alcanzado el consenso en este campo. Justo al contrario de lo que predica el pensamiento único, numerosas voces, como la temprana de Friedman y Schwartz, y la aún más temprana de los austriacos, postularon que las políticas monetarias y fiscales de la administración Roosevelt profundizaron la depresión y retrasaron la recuperación.

Finalmente, la idea de que hay que aumentar el gasto público para resolver las deficiencias en la demanda efectiva no era en absoluto de Keynes. Al menos se remontaba a más de un siglo antes, a losPrincipios de Economía Políticade Malthus, publicados en 1820, y cabe rastrearla hastaLa fábula de las abejasque Mandeville publicó en 1714. De hecho, el propio Keynes así lo reconoce en las páginas finales de laTeoría General.

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