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Emilio J. González

A Gas Natural le falta gas

Mientras no hubo problema alguno para que una empresa de titularidad pública, la francesa France Telecom, adquiriese el pasado verano Amena, resulta que sí los hay para que una alemana, E.On, privada al 97,5%, pueda comprar Endesa.

A pesar de los denodados esfuerzos del Gobierno porque Gas Natural se quede con Endesa, lo cierto es que cada día que pasa resulta más difícil que la gasista controlada por La Caixa pueda convertirse en la propietaria de la eléctrica. Los frentes abiertos son muchos, y muy importantes, y ni el Ejecutivo, ni mucho menos la compañía de gas, tienen la capacidad necesaria para salir victoriosos en todos ellos.

El Gobierno insiste en la necesidad de seguir adelante con la OPA para que haya empresas fuertes "de matriz española". Pero no tiene capacidad alguna para defender este argumento ya que, según los casos, aplica varas de medir distintas. Así, mientras no hubo problema alguno para que una empresa de titularidad pública, la francesa France Telecom, adquiriese el pasado verano Amena, operación en la que el Gobierno de Zapatero tuvo un papel relevante, resulta que sí los hay para que una alemana, E.On, privada al 97,5%, pueda comprar Endesa. Esto no se sostiene por ningún lado, diga lo que diga la presidenta de la Comisión Nacional de la Energía, Maite Costa, acerca de que el Gobierno alemán conserva el derecho de veto sobre algunas decisiones sobre venta de activos de E.On, porque si lo que hubiese pretendido realmente el Ejecutivo es la creación de un campeón energético nacional, combinando electricidad y gas, el camino natural, lógico, inteligente y viable hubiera sido promover que Endesa se tragase a Gas Natural, en vez de lo contrario. Precisamente esta forma de actuar pone de manifiesto que las intenciones de Zapatero y los suyos no son, en realidad, ésas, sino entregar Endesa a Gas Natural, en cumplimiento de los acuerdos con Esquerra Republicana de Catalunya, porque de lo que se trata es de que el nacionalismo catalán controle Endesa. Y si alguien tenía alguna duda al respecto, basta como prueba el rechazo a las ayudas ofrecidas a Gas Natural por empresas españolas para que la OPA culmine con éxito, ayudas rechazadas por la gasista porque no eran financieras, sino que implicaban la toma de participaciones y, por tanto, que Gas Natural no tuviese el control de Endesa.

El proceder del Gobierno, además, ha dado la razón a Endesa en su demanda ante el Tribunal Europeo de Justicia, que empezará a estudiar el caso a partir del próximo 9 de marzo. Y aquí viene otro problema porque lo que está haciendo el Ejecutivo de Zapatero va en contra de las normas comunitarias sobre libre mercado. Esta misma semana, el Gabinete ya ha recibido la primera advertencia al respecto por parte de la Comisión Europea, y la cosa no va a terminar ahí porque las autoridades alemanas están insistiendo en ese mismo argumento. Y Alemania, no lo olvidemos, tiene mucho poder en la Unión Europea y mucha influencia sobre sus instituciones.

Aunque el Gobierno y la OPA de Gas Natural salieran bien librados de esta batalla, luego queda la cuestión económica. La oferta de E.On de 27,5 euros por acción de Endesa, todo en metálico, acaba de marcar el referente a superar para Gas Natural, ya que los accionistas de Endesa no van a vender sus títulos a precio de saldo, como era la intención original de la gasista y del Ejecutivo. Pero, además, a finales de la pasada semana se celebró en Alemania una reunión entre E.On y los bancos que financian su intento, para estudiar las reacciones de Gas Natural y de Zapatero y los suyos. En aquella reunión se decidió seguir adelante e, incluso, aportar los fondos precisos por si fuera necesario contestar a Gas Natural con una subida del precio ofertado, todo siempre en metálico. ¿Qué puede hacer la gasista ante esto? El precio ya es muy caro y contestar a E.On de forma adecuada exige poner mucho dinero en la mesa, y endeudarse hasta las cejas, algo que tendría que autorizar la Comisión Nacional de la Energía que, tal y como viene actuando en todo este asunto, seguro que lo hará. Pero como parte del pago que realizaría Gas Natural es en acciones, ¿quién va a querer títulos llamados a depreciarse con rapidez a causa del excesivo endeudamiento en que incurriría la gasista, cuando hay otra oferta en la que todo se paga en metálico? Probablemente nadie. Y si, al final, el Gobierno consigue parar la ofensiva alemana, el planteamiento seguirá siendo el mismo porque resulta difícil pensar que los accionistas de Endesa vayan a aceptar menos de 27,5 euros en metálico.

A Gas Natural le falta gas para acometer una operación que le sobrepasa por todos lados, por mucho empeño que ponga el Gobierno en ayudarle. Nunca ha tenido capacidad financiera para tragarse a Endesa, y mucho menos ahora viendo como están subiendo las apuestas. Y si se alía con E.On, ¿qué hará el Gobierno al respecto después de que la gasista rechazase la ayuda de otras compañías españolas? ¿Aceptar la situación para evitar el enfrentamiento con Alemania y con las autoridades comunitarias? Para un viaje tan corto no se necesitaban tantas alforjas.

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