L. D.- Una vez que ha terminado la Comisión parlamentaria sobre el caso Gescartera parece que la normalidad ha vuelto a algunos medios de comunicación. Este lunes, el diario El Mundo retomaba una cuestión que abandonó prudentemente coincidiendo con la apertura de las investigaciones para depurar las responsabilidades políticas que se desprendiese de la desaparición de los 18.000 millones de pesetas de la agencia de valores de Antonio Camacho.
En dicha información se incide en el papel fundamental que tuvieron dos personas –Agustín Fernández Muñoz y Salvador Pastor– en el mayor escándalo político-financiero de la era Aznar. Parte de lo publicado por El Mundo ya había sido desvelado por Libertad Digital , pero hasta el momento nadie había señalado a Fernández y Pastor como los otros dos vértices de la estafa-lavadora de dinero Gescartera. Curiosamente, a pesar de que ya se informó sobre la inestimable ayuda que Fernández Muñoz brindó a Camacho desde su puesto de director general en el Deutsche Bank, ningún partido político estimó oportuno que compareciese en la Comisión (el PP se echó finalmente atrás en esta decisión). De no ser por F.M., Camacho nunca podría haber abierto de forma irregular más de 600 cuentas en el Deutsche Bank, una vez le habían cantado las cuarenta en Bankinter, banco con el que hasta el momento trabajaba Gescartera.
Fernández Muñoz, casado con una sobrina de la mujer de Jesús Polanco (pregunten por los negocios de la Polanquera , indicó en su momento Luis Ramallo), comparte la amistad de Camacho con Salvador Pastor, antiguo empleado de Midland y hasta en la actualidad número tres del archiconocido HSBC. La relación entre el dueño de Gescartera y Pastor era estrechísima tanto en lo personal, ambos nacieron en el mismo pueblo de Cuenca, como en lo empresarial. Como prueba de ello, El Mundo recoge el testimonio de un financiero al que Pastor intentó captar como comercial para la agencia de valores, diciéndole “vente a Gescartera, que somos nosotros”. En este sentido, ya en 1992 Midland abrió una línea de crédito a Camacho que se fue incrementando con el tiempo.
Una vez superada la conexión Midland-Deutsche Bank-Gescartera, entramos en el capítulo todavía por resolver de Radiotrónica (ahora Avanzit); este es el momento en el que, supuestamente, Camacho devolvería el favor a su amigo. Y una vez más, vuelve a resultar paradójico que Fernández Muñoz no estuviera entre los 52 comparecientes de la Comisión, para explicar si es cierto que la participación del Grupo Prisa en Avanzit no se limitaba al 4 por ciento que se adjudicaba a la empresa de Jesús Polanco . Conviene recordar que, de su puño y letra, Pilar Giménez-Reyna, presidenta de la agencia, anota el 6 de junio de 2000 en su dietario: “Antonio y yo reunión, 25% Prisa p/ (para) Radiotrónica". Si finalmente la jueza Teresa Palacios decide llamar al orden a F.M. para que explique si su función en Gescartera se limitó al aparcamiento de acciones de Avanzit, este no será el único asunto judicial del “sobrinísimo” de Polanco.
El juzgado número 33 de Instrucción de Madrid lleva el caso del cobro de una comisión en la venta de la aseguradora de previsión sanitaria Sanitas por parte de Agustín Fernández. La Agencia Tributaria actuó ante una operación por la que el amigo de Camacho se embolsaría más de 1.000 millones y remitió el asunto al fiscal por un presunto delito contra la Hacienda Pública.
En dicha información se incide en el papel fundamental que tuvieron dos personas –Agustín Fernández Muñoz y Salvador Pastor– en el mayor escándalo político-financiero de la era Aznar. Parte de lo publicado por El Mundo ya había sido desvelado por Libertad Digital , pero hasta el momento nadie había señalado a Fernández y Pastor como los otros dos vértices de la estafa-lavadora de dinero Gescartera. Curiosamente, a pesar de que ya se informó sobre la inestimable ayuda que Fernández Muñoz brindó a Camacho desde su puesto de director general en el Deutsche Bank, ningún partido político estimó oportuno que compareciese en la Comisión (el PP se echó finalmente atrás en esta decisión). De no ser por F.M., Camacho nunca podría haber abierto de forma irregular más de 600 cuentas en el Deutsche Bank, una vez le habían cantado las cuarenta en Bankinter, banco con el que hasta el momento trabajaba Gescartera.
Fernández Muñoz, casado con una sobrina de la mujer de Jesús Polanco (pregunten por los negocios de la Polanquera , indicó en su momento Luis Ramallo), comparte la amistad de Camacho con Salvador Pastor, antiguo empleado de Midland y hasta en la actualidad número tres del archiconocido HSBC. La relación entre el dueño de Gescartera y Pastor era estrechísima tanto en lo personal, ambos nacieron en el mismo pueblo de Cuenca, como en lo empresarial. Como prueba de ello, El Mundo recoge el testimonio de un financiero al que Pastor intentó captar como comercial para la agencia de valores, diciéndole “vente a Gescartera, que somos nosotros”. En este sentido, ya en 1992 Midland abrió una línea de crédito a Camacho que se fue incrementando con el tiempo.
Una vez superada la conexión Midland-Deutsche Bank-Gescartera, entramos en el capítulo todavía por resolver de Radiotrónica (ahora Avanzit); este es el momento en el que, supuestamente, Camacho devolvería el favor a su amigo. Y una vez más, vuelve a resultar paradójico que Fernández Muñoz no estuviera entre los 52 comparecientes de la Comisión, para explicar si es cierto que la participación del Grupo Prisa en Avanzit no se limitaba al 4 por ciento que se adjudicaba a la empresa de Jesús Polanco . Conviene recordar que, de su puño y letra, Pilar Giménez-Reyna, presidenta de la agencia, anota el 6 de junio de 2000 en su dietario: “Antonio y yo reunión, 25% Prisa p/ (para) Radiotrónica". Si finalmente la jueza Teresa Palacios decide llamar al orden a F.M. para que explique si su función en Gescartera se limitó al aparcamiento de acciones de Avanzit, este no será el único asunto judicial del “sobrinísimo” de Polanco.
El juzgado número 33 de Instrucción de Madrid lleva el caso del cobro de una comisión en la venta de la aseguradora de previsión sanitaria Sanitas por parte de Agustín Fernández. La Agencia Tributaria actuó ante una operación por la que el amigo de Camacho se embolsaría más de 1.000 millones y remitió el asunto al fiscal por un presunto delito contra la Hacienda Pública.