L D (EFE) Fuentes jurídicas explicaron que las declaraciones realizadas por Ángeles Leis pueden convertirla en "cooperadora necesaria" de la presunta estafa cometida en la agencia de valores, por lo que la juez ha decidido imputarla para mantener sus derechos procesales. La imputación de una persona supone que tiene derecho a acudir a la declaración asistida de un letrado y no está obligada a contestar con veracidad a ninguna pregunta que pueda incriminarle en un delito.
Leis reconoció que emitió cheques por importe conjunto de 2.500 millones de pesetas, que firmaron el propietario de la agencia, Antonio Camacho, o los apoderados, Javier Sierra de la Flor y José María Ruiz de la Serna. La mayor parte de estos talones, según su relato, los cobró en la sucursal de La Caixa de Majadahonda (Madrid) el chófer de Camacho o algún empleado de la agencia, que entregaban a la propia Ángeles Leis el dinero en efectivo para que lo custodiara en la caja fuerte. Estas cuantías se utilizaron, entre otros destinos, para reintegrar sus inversiones a los clientes cuando la agencia no contaba con saldo suficiente.
Reconoció, incluso, que en algunas ocasiones la agencia careció de fondos para hacer frente a los reembolsos solicitados por los clientes y se vieron obligados a captar nuevos inversores para conseguir fondos.
Parte de los talones que Leis rellenó son los que Sierra de la Flor admitió recientemente haber firmado pero cuyo destino asegura desconocer y que la juez pretende descubrir con las últimas citaciones.
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Leis reconoció que emitió cheques por importe conjunto de 2.500 millones de pesetas, que firmaron el propietario de la agencia, Antonio Camacho, o los apoderados, Javier Sierra de la Flor y José María Ruiz de la Serna. La mayor parte de estos talones, según su relato, los cobró en la sucursal de La Caixa de Majadahonda (Madrid) el chófer de Camacho o algún empleado de la agencia, que entregaban a la propia Ángeles Leis el dinero en efectivo para que lo custodiara en la caja fuerte. Estas cuantías se utilizaron, entre otros destinos, para reintegrar sus inversiones a los clientes cuando la agencia no contaba con saldo suficiente.
Reconoció, incluso, que en algunas ocasiones la agencia careció de fondos para hacer frente a los reembolsos solicitados por los clientes y se vieron obligados a captar nuevos inversores para conseguir fondos.
Parte de los talones que Leis rellenó son los que Sierra de la Flor admitió recientemente haber firmado pero cuyo destino asegura desconocer y que la juez pretende descubrir con las últimas citaciones.
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