L D (EP) El diputado socialista José Borrell y los guerristas han vuelto a arremeter contra la propuesta de reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que prepara la Ejecutiva Federal del PSOE. Un documento que Jordi Sevilla (el encargado de redactarlo) filtró a la prensa poco antes de darlo a conocer al grupo parlamentario socialista y que concitó las críticas no sólo de este sector del PSOE sino también de diputados y destacados miembros del Comité Federal. Las posturas no han variado y, de nuevo, arrecian las quejas. Las más duras, las de José Borrell, que vuelve a acusar a la dirección del partido que presentar como “novedosa” una reforma que el Gobierno del PP “no se atrevió a aplicar” en 1996 por ser poco progresiva.
La revista Temas para el debate , que preside el ex vicesecretario general del PSOE Alfonso Guerra, dedica el cuadernillo central de su último número a analizar la relación entre fiscalidad y socialdemocracia a través de artículos de Borrell, el secretario de Política Económica del PSOE e impulsor de la reforma socialista, Jordi Sevilla y otros expertos. En concreto, Borrell reprocha al equipo José Luis Rodríguez Zapatero que abogue por reducir a uno o dos los tramos del IRPF. En su opinión, la creación de un tipo único, aún con la inclusión de un mínimo exento, “o graduaría la actual progresividad de forma socialmente inaceptable o produciría una caída considerable de ingresos, o ambas cosas”. Además, recuerda que cuando el PP llegó al Gobierno en 1996 se planteó una reforma similar pero que finalmente no aplicó porque “reconoció que ello implicaría una reducción muy fuerte de la progresividad, que no sería socialmente aceptada, y de la recaudación que comprometería el equilibrio presupuestario”. “Curiosamente —explica Borrell— la nueva dirección socialista propuso lo que el PP no se atrevió a aplicar, presentándolo como una fórmula novedosa, moderna y progresista, capaz de mantener la recaudación y aumentar la progresividad”.
Las críticas también llegan desde el sector guerrista . El diputado Francisco Fernández Marugán asegura en su artículo que “los estudios sobre los impuestos de tipo único demuestran que los beneficios están entre los grupos con rentas más bajas y con rentas más altas, resultando perjudicadas las rentas más bajas”. Además, el diputado socialista advierte de que un progresividad dependiente del tamaño del mínimo exento no garantiza la equivalencia recaudatoria de las propuestas. En la misma línea se expresa Miguel Ángel García Díaz, economista del Gabinete Técnico de Comisiones Obreras, quien afirma que “un tipo único conlleva elevadas pérdidas de recaudación y peor distribución de los esfuerzos”.
Discusión tributaria por la bóveda
También en el editorial de la revista de Guerra se critica la propuesta socialista y se reprocha a la Ejecutiva Federal que haya comenzado “la discusión tributaria por la bóveda” al haberla iniciado proponiendo un impuesto lineal. Esta circunstancia puede, según la publicación, oscurecer el debate sobre otras muchas cuestiones y “rebasar las posiciones fiscales del PP”. De hecho, las continuas críticas de miembros del PSOE a la propuesta de su propio partido ha dejado en evidencia al Gobierno. Ni los ministros Rato y Montoro arremetieron con tanta dureza contra el documento de Jordi Sevilla cuando fue presentado el pasado mes de mayo. “Si se deja campo libre al PP, se dificultará la tarea que tiene que llevar a cabo el PSOE, siendo posible, incluso que su papel quede reducido al de simple precursor de unas orientaciones que llevarán a cabo sus rivales políticos”, advierte.
Esta “lluvia de críticas” no es nueva. En mayo, y a raíz de que se conociera esta propuesta, arreciaron las voces en contra de una reforma del IRPF en estos términos. En primer lugar por la filtración a la prensa de la iniciativa, incluso antes de que la conociera el grupo parlamentario, y en segundo lugar, por no ser “seria” ni el fondo ni en la forma. Entre los que arremetieron contra esta reforma se encontraban los ex ministros Juan Manuel Eguiagaray y Cristina Alberdi, el ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina o la diputada por Madrid Matilde Fernández.
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La revista Temas para el debate , que preside el ex vicesecretario general del PSOE Alfonso Guerra, dedica el cuadernillo central de su último número a analizar la relación entre fiscalidad y socialdemocracia a través de artículos de Borrell, el secretario de Política Económica del PSOE e impulsor de la reforma socialista, Jordi Sevilla y otros expertos. En concreto, Borrell reprocha al equipo José Luis Rodríguez Zapatero que abogue por reducir a uno o dos los tramos del IRPF. En su opinión, la creación de un tipo único, aún con la inclusión de un mínimo exento, “o graduaría la actual progresividad de forma socialmente inaceptable o produciría una caída considerable de ingresos, o ambas cosas”. Además, recuerda que cuando el PP llegó al Gobierno en 1996 se planteó una reforma similar pero que finalmente no aplicó porque “reconoció que ello implicaría una reducción muy fuerte de la progresividad, que no sería socialmente aceptada, y de la recaudación que comprometería el equilibrio presupuestario”. “Curiosamente —explica Borrell— la nueva dirección socialista propuso lo que el PP no se atrevió a aplicar, presentándolo como una fórmula novedosa, moderna y progresista, capaz de mantener la recaudación y aumentar la progresividad”.
Las críticas también llegan desde el sector guerrista . El diputado Francisco Fernández Marugán asegura en su artículo que “los estudios sobre los impuestos de tipo único demuestran que los beneficios están entre los grupos con rentas más bajas y con rentas más altas, resultando perjudicadas las rentas más bajas”. Además, el diputado socialista advierte de que un progresividad dependiente del tamaño del mínimo exento no garantiza la equivalencia recaudatoria de las propuestas. En la misma línea se expresa Miguel Ángel García Díaz, economista del Gabinete Técnico de Comisiones Obreras, quien afirma que “un tipo único conlleva elevadas pérdidas de recaudación y peor distribución de los esfuerzos”.
Discusión tributaria por la bóveda
También en el editorial de la revista de Guerra se critica la propuesta socialista y se reprocha a la Ejecutiva Federal que haya comenzado “la discusión tributaria por la bóveda” al haberla iniciado proponiendo un impuesto lineal. Esta circunstancia puede, según la publicación, oscurecer el debate sobre otras muchas cuestiones y “rebasar las posiciones fiscales del PP”. De hecho, las continuas críticas de miembros del PSOE a la propuesta de su propio partido ha dejado en evidencia al Gobierno. Ni los ministros Rato y Montoro arremetieron con tanta dureza contra el documento de Jordi Sevilla cuando fue presentado el pasado mes de mayo. “Si se deja campo libre al PP, se dificultará la tarea que tiene que llevar a cabo el PSOE, siendo posible, incluso que su papel quede reducido al de simple precursor de unas orientaciones que llevarán a cabo sus rivales políticos”, advierte.
Esta “lluvia de críticas” no es nueva. En mayo, y a raíz de que se conociera esta propuesta, arreciaron las voces en contra de una reforma del IRPF en estos términos. En primer lugar por la filtración a la prensa de la iniciativa, incluso antes de que la conociera el grupo parlamentario, y en segundo lugar, por no ser “seria” ni el fondo ni en la forma. Entre los que arremetieron contra esta reforma se encontraban los ex ministros Juan Manuel Eguiagaray y Cristina Alberdi, el ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina o la diputada por Madrid Matilde Fernández.
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