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Camacho desacreditó a Vives ante la CNMV para evitar la intervención de Gescartera en 1999

Antonio Camacho envió una carta a la CNMV para desacreditar al equipo de supervisión, dirigido por David Vives. El mismo día se reunió el Consejo de la CNMV para tratar sobre la intervención de Gescartera. Sus quejas pudieron salvarle porque reforzaban las tesis de algunos consejeros que criticaban a Vives por “destrozar” la cartera de clientes de Gescartera.

L. D. / Agencias.- La comisión parlamentaria que investiga el “caso Gescartera” ha recibido, entre la documentación remitida por la CNMV, una nota interna elaborada por Luis Peigneux el 4 de mayo de 1999. Peigneux era el segundo de David Vives, director del equipo de supervisión de la CNMV. En la nota, remitida a los máximos responsables de la CNMV, Peigneux niega todo lo que Antonio Camacho le había explicado al presidente y a los consejeros del órgano regulador en una carta que llegó, providencialmente , el 16 de abril de 1999, día en que se celebró la reunión clave del Consejo de la CNMV en el que, al parecer, se decidió desestimar la intervención inmediata de Gescartera que pedía David Vives.

El completo informe remitido por Camacho a los máximos responsables de la CNMV desacreditaba, detalladamente, el trabajo del equipo de supervisión de la Comisión, dirigido por David Vives. Camacho se quejaba del trato recibido en la CNMV desde que se abriera la investigación, en diciembre de 1998. Afirmaba que los técnicos del órgano supervisor le habían amenazado con intervenir Gescartera de forma “inmediata” si no se personaba Enrique Peralta –el ecónomo del Arzobispado de Valladolid– para dar explicaciones. Camacho justificaba en su carta que Peralta no pudiera acudir a la CNMV en aquellos días por celebrarse en esas fechas la Semana Santa.

La carta de Camacho confirma, además, todo lo escrito en su dietario por Pilar Giménez-Reyna. La presidenta de la CNMV apuntó el 8 de abril de 1999 que David Vives había pedido una carta a Antonio Camacho y, al parecer, la carta era ésta a la que nos referimos. El 9 de abril de 1999, Pilar Giménez Reyna apuntaba que “Salvador escribe la carta para David Vives” (Puede referirse a Salvador Alcaraz, de Gescartera, o a Salvador Pastor, director general del HSBC Investment en España y amigo personal de Antonio Camacho). Pero el 13 de abril, Pilar Giménez-Reyna apunta un detalle muy sustancioso: Enrique Giménez Reyna –su hermano– le pidió que le recogiera a las 16.15 con Antonio Camacho para tomar un café en el “Botánico”. En ese encuentro, Enrique Giménez-Reyna aconseja a su hermana y a Camacho que envíen “todo el nuevo cronológico y documentación aportada”. Ello podría coincidir, precisamente, con el epígrafe contenido en la carta de Antonio Camacho a la CNMV bajo el apunte: “Cronología de la supervisión y hechos acaecidos”.

La carta enviada por Camacho a la CNMV llega el 16 de abril de 1999, según relata Luis Peigneux en su nota interna de 4 de mayo de ese mismo año. Providencialmente, el documento llega el mismo día que se celebra una reunión urgente del consejo de la CNMV para decidir si se interviene Gescartera. En aquella reunión, según han confirmado varios miembros de la CNMV ante la comisión de investigación parlamentaria, David Vives explicó al Consejo la necesidad de intervenir Gescartera y también pudo ser que se leyera la carta enviada por Antonio Camacho para defenderse. Aquel acto de defensa numantina de Gescartera por parte de su propietario ante los máximos responsables de la CNMV pudo hacer que éstos decidieran no intervenir la entonces sociedad de valores. Sin embargo, el acta de aquella reunión del Consejo no refleja que se hablara de Gescartera y esto sólo se sabe por las declaraciones de los comparecientes ante la comisión de investigación del Congreso, que sí han reconocido que se habló del tema.

El Arzobispado, mejor cliente

En el documento remitido por Camacho, se acusa al equipo de David Vives de que les haya abandonado el Arzobispado de Valladolid., un cliente que suponía el 15 por ciento de su negocio y que, a corto plazo, no estimaba como recuperable. Ante estas aseveraciones, Luis Peigneux recuerda que la CNMV está facultada para recabar la información que estime oportuna de personas físicas y jurídicas, si es necesario con su presencia en las oficinas de la Comisión. Ese fue el caso del ecónomo del Arzobispado de Valladolid, que fue visitado y requerido en varias ocasiones por el equipo de David Vives. Así lo recoge también el dietario de Pilar Giménez-Reyna, quien apunta el 29 de abril que “David Vives amenaza con desfase en cuenta de Valladolid”. También afirma que el 30 de abril “no aceptan carta del ecónomo (del Arzobispado)” y más abajo anota: “Viene D. Enrique de Valladolid”. Ese mismo día, se celebra una reunión en la CNMV de la que Antonio Camacho parece salir “pesimista”, según el dietario de Pilar Giménez-Reyna y, por eso, “empezamos a limpiar”.

El 6 de abril de 1999, Pilar Giménez-Reyna anota en su dietario que “nos dictan expediente sancionador por impedir la labor CNMV y gestionar el dinero B de la Iglesia. Si es así, ¡Gracias Señor!”. El 7 de abril se comunicaba a Camacho, según su carta y el documento posterior elaborado por Luis Peigneux, que se había abierto un expediente a Gescartera. En ese apunte, Camacho le decía a los directivos de la CNMV que los supervisores le indicaron que “se podría haber obviado todo y resolverlo en ese momento” siempre y cuando aportaran parte de la información requerida, como “aspectos fiscales de los clientes”. Peigneux, en su documento del 4 de mayo de 1999, tacha también de falso este ofrecimiento de apaño .

Otras anotaciones de Pilar Giménez-Reyna en su agenda confirman asimismo que la supervisión de la CNMV presionaba aquellos días a los directivos de Gescartera y amenazaba con sanciones e intervenciones. El 9 de abril, un día después de que David Vives pidiera a Antonio Camacho una carta explicándose, Pilar Giménez-Reyna escribe “La CNMV (...) nos avisan de nuevo que nos envían a la Fiscalía Gral”. Sin embargo, Antonio Camacho lo que hace es engordar sus quejas en la carta que escribe a la CNMV para poner en entredicho la labor de David Vives. Incluso dice que los supervisores les acusaron, a él y a otros miembros de Gescartera, de ser “entre otros calificativos, encubridores de traficantes de armas, traficantes de drogas, incompetentes, blanqueadores de dinero negro, encubridores de delitos fiscales, encubridores de delitos penales...”. Esa acusación se produjo, según Camacho, el 12 de abril, cuatro días antes de que se recibiera su carta en la CNMV. A tales imputaciones, Luis Peigneux respondía en su nota interna que “creemos que no es necesario decir mucho al respecto; no obstante, baste con indicar que las acusaciones del señor Camacho son totalmente falsas, (ya que) la seriedad del personal de la CNMV impide hablar a un supervisado en esos términos”.

Curiosamente, en su declaración ante la comisión parlamentaria del Congreso, David Vives denunció que en 1999 empezó una “campaña de desprestigio” contra Peigneux y contra él por su actuación en la investigación de Gescartera. En efecto, de la carta de Antonio Camacho se desprende esa animadversión hacia Vives que, por otro lado, compartían algunos miembros de la propia CNMV. Si nos atenemos a la comparecencia del pasado viernes en el Congreso de Juan Fernández Armesto, entonces presidente de la Comisión, algunos miembros de la CNMV pensaban que la investigación de Vives era demasiado dura y se estaba “destrozando” la cartera de clientes de Gescartera.

Noticia elaborada con documentación de Europa Press, Efe y producto de la investigación de la redacción de economía de Libertad Digital

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