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Una nueva lista de Gescartera demuestra como estafaba Camacho

Según publica el diario "El Mundo", interventores de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) han descubierto una nueva lista de Gescartera, que la agencia quería mantener en secreto, y que deja al descubierto la aplicación del “porrazo”, esto es, el sistema según el cual Antonio Rafael Camacho apuntaba minusvalías a algunos clientes y plusvalías, por el mismo importe global, a otros grupos de inversores.

L. D.- El “porrazo” consistía en dar en el mismo día una orden de compra cruzada con otra de venta. Esta operativa, conocida como de contado en la jerga bursátil, no exige desembolso alguno salvo el corretaje y las comisiones pertinentes. Además, genera una pérdida y una ganancia del mismo importe.

Los primeros 38 nombres de la lista actuaron como “basureros” de Camacho y a ellos se les endosaron las minusvalías de los sucesivos "porrazos".

Quizás por esta razón, muchos de los “basureros” de Camacho aparecen en el listado de “clientes fiscales” con una cuenta con saldos positivos (acreedores), mientras que en la lista oficial de Gescartera figuran con otra cuenta en pérdidas y, además, mucho mayores a los anteriores.

Según publica el diario “El Mundo”, el propietario de Gescartera y principal imputado en la causa creó, además, una red de pequeños “basureros” que actuaban como tales a cambio de una comisión del 7% de las pérdidas que les eran asignadas. Camacho rastreó entre inmigrantes, parados, y según “ABC”, toxicómanos para que engrosaran este equipo.

En esta nueva lista que ha salido publicada se pueden ver seis de los clientes de Gescartera que mayores cantidades confiaron a la agencia de valores. Ya fuera por su importancia cuantitativa, en algunos casos, como por la existencia de contratos por los que Camacho les garantizaba altas rentabilidades, muy por encima de las del mercado, la presencia de estas entidades en la lista de "clientes fiscales" parece apuntar a que fueron beneficiarias de las ganancias de los “porrazos”, endosándoseles las ganancias obtenidas por esta operativa.

Además, la lista ofrece una línea altamente sospechosa: se trata de la titulada “Ajuste movimientos ficticios”, que suma nada menos que 907 millones de pesetas y que, sobre todo, incrementa muy significativamente el saldo deudor de los “clientes fiscales”. Los ajustes, que el propio documento reconoce que se basan en una ficción, acercan bastante la cuantía de los saldos a deber y a pagar.

El procedimiento bautizado como “porrazo” tuvo tres finalidades: por un lado, generar plusvalías para determinados clientes y mantener así la ficción de que en Gescartera siempre se ganaba dinero. Por otro lado, blanquear parte del dinero de otros inversores, entre los que se encontrarían aquellos que utilizaron las sociedades Stock Selection y Euroinvestment para ocultarse. Y, por último, para quedarse con el dinero que se generaba en estas operaciones cruzadas.

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