Un alto tribunal londinense declaró inválido el monopolio de la compañía farmacéutica Pfizer sobre el componente activo de su medicamento contra la impotencia, el Viagra. El juez Hugh Laddie dio la razón a la empresa farmacéutica estadounidense rival Lilly Icos, que alegaba que el derecho de monopolio de Pfizer era inválido e impedía que otras compañías investigaran en ese campo.
En una sentencia que podría tener repercusiones comerciales muy graves para Pfizer, Laddie dictaminó que la patente de 1993 era "obviamente inválida" porque el conocimiento científico en el que se basaba ya era entonces de dominio público. El caso se centraba en la patente europea de Pfizer sobre el sildenafilcitrato, el componente activo del Viagra.
Pfizer argumentaba que este medicamento era producto de su trabajo de investigación, mientras que Lilly Icos alegaba que la patente representa un obstáculo insalvable para la búsqueda de su propio medicamento contra la impotencia.
Ante el tribunal se presentaron como pruebas los estudios publicados antes de 1993 por tres equipos de investigadores distintos. Pfizer aseguraba que el creador del Viagra había descubierto "de manera inesperada" que el sildenafilcitrato y otros componentes relacionados con él combatían la impotencia, mientras investigaba sus posibles usos en tratamientos médicos no relacionados con esa afección. Pero según el juez, fueron los responsables de esos estudios previos y no los científicos de Pfizer los que "descubrieron los datos básicos que pusieron al alcance de la industria farmacéutica la producción de píldoras contra la impotencia".