Mucho se ha hablado de Arabia Saudí en los últimos días. Tras los atentados de Barcelona y Cambrils, extrema izquierda e independentismo radical han hecho pinza para denunciar los lazos entre España y Arabia Saudí como una supuesta vía de financiación del yihadismo.
Ningún informe serio respalda esta tesis, ya que la organización terrorista opera con sus propios recursos (que provienen de impuestos, ventas de petróleo y saqueos, como ha explicado este diario). Pero el mensaje ha calado en dichos ambientes y, de hecho, este relato estuvo muy presente en las proclamas que se escucharon el pasado sábado 26 de agosto en Barcelona, durante la deslucida manifestación contra el terrorismo.
Curiosamente, la misma maquinaria independentista parece quedarse muda cuando se trata de hablar de las relaciones económicas que ha mantenido durante años el FC Barcelona con Qatar. Y es que, desde finales de 2010 hasta la pasada temporada, el club que ahora preside Josep Maria Bartomeu mantuvo unas estrechas relaciones con dicho emirato.
Conviene recordar que este mismo verano se ha producido una importante crisis diplomática en Medio Oriente, después de que Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y otros países hayan optado por romper relaciones con Qatar. Y es que el emirato que tanto apoyo ha brindado al FC Barcelona se ha visto acusado de dar apoyo al terrorismo del Estado Islámico.
"Qatar Foundation" y "Qatar Airways"
Hace ahora siete años, el club azulgrana anunció un acuerdo valorado en 171 millones que vinculaba al equipo de Leo Messi con una organización conocida como Qatar Foundation. Dicha entidad fue creada a instancias de Hamad Al Thani, Emir de Qatar desde 1995, cuando desalojó del poder a su propio padre.
El patrocinio concluyó en 2013, antes de lo esperado, cuando se anunció un nuevo acuerdo. De nuevo, el Barça llegaba a un pacto con el emirato, esta vez a cambio de publicitar a la aerolínea Qatar Airways. Esta empresa, fundada en 1993, es de titularidad estatal, de modo que también depende directamente del gobierno catarí. Se pactó una inyección de 96 millones de euros y el contrato ha estado en vigor hasta este mismo verano, cuando expiró y abrió la puerta a un nuevo acuerdo, esta vez con Rakuten, una empresa japonesa de comercio online.
Ahora sabemos que la relación entre la cúpula blaugrana y Qatar venía incluso de más atrás. La información salió a la luz con la publicación del Informe García, un riguroso dossier compilado por el equipo que investiga la presunta compra de votos que habría dado pie a la adjudicación del Mundial de Fútbol de 2022 a Qatar. El documento en cuestión debe su nombre al jurista estadounidense Michael J. García, que lidera la investigación. Y, según se explica en el mismo, el expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell tenía vínculos con Qatar desde los años 2008 y 2009. Esta relación de "asesoría" habría beneficiado a Rosell con un pago de 2.000 euros diarios.
Doble rasero
Con la excepción del trabajo de Rosell como "asesor" de Qatar, los vínculos entre el FC Barcelona y el emirato han sido de sobra conocidos por la opinión pública, pero esto no ha parecido alimentar grandes polémicas en el seno del independentismo catalán. De hecho, la sintonía entre los directivos del Barça y las fuerzas políticas que defienden el "proceso soberanista" ha ido a más en los últimos años, de modo que el apoyo catarí no parece haber molestado en exceso a los defensores del independentismo, que siguen viendo el Barça como un activo vital para el soft power secesionista.
Y, sin embargo, ese mismo independentismo que no ha visto nada raro en las relaciones del FC Barcelona con Qatar durante años se muestra ahora indignado por el hecho de que el Reino de España mantenga relaciones diplomáticas y económicas con Arabia Saudí, a pesar de que la propia red de embajadas del Gobierno catalán promueve los mismos objetivos en el Golfo. Un doble rasero que no aguanta un análisis mínimamente crítico.