A lo largo de la presente crisis, el número de ciudadanos y residentes en nuestro país que han hecho las maletas y han salido rumbo a otro destino asciende a 3,19 millones de personas. Sin embargo, la mayoría de titulares sobre esta cuestión ignoran que el grueso de estas salidas corresponde a personas que no nacieron en nuestro país, de modo que fueron estos colectivos y no los nacidos en España quienes realmente sufrieron el golpe de la crisis.
Si atendemos al flujo de emigración del período 2008-2015, los datos del Instituto Nacional de Estadística apuntan que las salidas de ciudadanos españoles nacidos en España no llegan al 15% del total. Para ser precisos, hablamos de 470.806 casos para un total de 3,19 millones, lo que se traduce en un porcentaje del 14,7%.
No obstante, estos datos son brutos y no netos, porque no descuentan la entrada de inmigrantes con las mismas características. De modo que, si tomamos el número de españoles nacidos en España que emigró y lo comparamos con la cifra de ciudadanos con ese mismo perfil que siguieron el camino inverso, vemos que el saldo neto es de 188.585 salidas.
Por otro lado, los datos del INE también nos sirven para conocer mejor el perfil de los españoles que salieron. Si tomamos cifras absolutas para 2008-2015 y nos fijamos en los emigrados por tramos de edad, vemos que el grupo que más salió al extranjero fue el que tiene entre 30 y 34 años (71.352), seguido del grupo de 25 a 29 años (59.038), el intervalo de 35 a 39 años (54.522) y el colectivo de entre 40 y 44 años (46.077).