Sucedió en Pont d'Inca Nou, una urbanización del municipio Marratxí, en Mallorca, a tan sólo 5 kilómetros de la capital de la isla. Un grupo de vecinos pilló in fraganti a una familia de siete personas okupando una casa y llamó de inmediato a la Policía Local, pero, a pesar del delito flagrante, no pudieron ser desalojados por los agentes.
Según la versión que relataron los vecinos a mallorcadiario.com, los hechos acontecieron en un inmueble de la calle Raixa. Vieron cómo una pareja con sus cinco hijos entró en la casa y alertaron a la Policía. Sin embargo, cuando llegaron los agentes, los okupas negaron que hubieran allanado la casa aquel día y que llevaban "dos meses" residiendo en ella, de modo que no pudieron ser desalojados. La familia okupa sigue en el inmueble.
En teoría, según la legislación vigente, si, de algún modo, se consigue demostrar que los okupas llevan en el piso menos de 48 horas, la Policía puede desalojarles sin orden judicial, pero siempre y cuando logren entrar en la vivienda, lo cual casi nunca sucede.
Una vez okupada la propiedad, es muy difícil echarles. Los propietarios tardan hasta tres años en recuperar su vivienda tras una okupación. Iniciar el proceso de desahucio tarda más de 5 meses, pero la recuperación efectiva del inmueble se demora entre 2 y 3 años.