La hipocresía es algo habitual en el mundo de la política, pero, dentro de esta práctica generalizada, hay distintos niveles, y algunos diputados de la CUP se llevan la palma en este ámbito. Es el caso de la presidenta del grupo parlamentario de la CUP, Mireia Boya, quien esta misma semana pidió desdramatizar las acciones "simbólicas" de Arran contra el turismo en Barcelona.
En los últimos días, miembros de Arran, organización juvenil de la izquierda independentista en Cataluña vinculada a la CUP, han asaltado un autobús turístico de Barcelona y han pinchado las ruedas de bicicletas turísticas de alquiler de la ciudad, además de reivindicar otro ataque protagonizado en el puerto de Palma de Mallorca contra una restaurante y varios yates.
En declaraciones a RAC 1, Boya justificó dichos ataques por tratarse de una "acción simbólica para denunciar un modelo turístico depredador en Barcelona", por lo que no hay que "dramatizar". Para Boya, el modelo económico imperante "es violencia pura y dura contra muchas personas que malviven", pero el Ayuntamiento de Barcelona "ha renunciado a todo tipo de debate", mientras que el gobierno de la Generalidad "lo está avalando". Por ello, Boya pidió que cesen las recriminaciones a la CUP por las acciones de Arran, ya que en plena fase decisiva del proceso soberanista existen "otros enemigos que son más duros y peligrosos".
Dueña de un hotel rural
Sin embargo, Boya se cuidó mucho de ocultar que también participa del lucrativo negocio del turismo en Cataluña. Según reveló OK diario, la diputada cupera ocultó en su declaración oficial de patrimonio que posee -al 50% con su hermano- un hotel rural en el Valle de Arán valorado en 250.000 euros. Según la declaración de bienes presentada en el Parlamento catalán, el único inmueble que posee Boya es el 50% de una "finca urbana", adquirida en 2005 y valorada en 8.199,24 euros.
Se trataría de un hotel rural de 170 metros cuadrados, distribuidos en tres plantas, que cuenta con un huerto anexo y espacio para realizar barbacoas. La diputada explota este establecimiento a través de la comunidad de bienes Borda Guilhamuc C.B., de la que es socia junto a su hermano, Josep Boya Busquet, quien, a su vez, es director general de Archivos, Bibliotecas, Museos y Patrimonio desde 2016.
El establecimiento rural aparece declarado en el Registro de la Propiedad como "cuadra" y se trata de un antiguo establo que los hermanos recibieron en 2005 como "donación" de su madre, Maria Pilar Busquets, quien fuera diputada autonómica de CiU entre 1984 y 1992. Tan sólo un año después de recibirlo como donación, ambos hermanos llevaron a cabo una cuantiosa inversión para convertirlo en hotel rural, con capacidad para seis personas.
Cobra a partir de 30 euros por persona y noche, lo que hace un total de 180 euros por seis personas, aunque los fines de semana la tarifa asciende a 200 euros por noche. Además, aunque Boya carga con vehemencia contra las plataformas de alquiler turístico, estilo Airbnb, no tiene reparo en anunciarse en una web que promueve los alquileres vacacionales a nivel rural.