La ciudad de Valencia es la que aplica un mayor tipo impositivo en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Así se desprende de un estudio elaborado por la Agencia Tributaria que jerarquiza los gravámenes aplicados por las distintas capitales españolas en el tributo que cada año pagan a los Ayuntamientos los propietarios de vivienda.
En la ciudad del Turia, gobernada por Compromís a raíz del pacto alcanzado por Joan Ribó con PSOE y Podemos, el tipo impositivo que se aplica al IBI es de 0,886%, el nivel más alto de todas las capitales autonómicas españolas. No andan lejos de estos niveles Melilla y Mérida, donde el gravamen fijado por el Ayuntamiento es del 0,8 y del 0,769%, respectivamente.
Completan el top cinco los consistorios de Barcelona y Melilla. En la Ciudad Condal, gobernada por Ada Colau en virtud del acuerdo entre su coalición electoral y el PSC, el tipo que se le aplica desde el Ayuntamiento al Impuesto de Bienes Inmuebles alcanza el 0,75%. Unas décimas por debajo está el gobierno de Ceuta, con un tipo del 0,73%.
En la zona media de la tabla elaborada por la Agencia Tributaria aparecen otras capitales autonómicas como Sevilla (0,772%), Oviedo (0,686%), Valladolid (0,676%), Murcia (0,655%), Zaragoza (0,649%), Palma de Mallorca (0,642%), Tenerife (0,576%) o Madrid (0,548%).
Más bajos son los tipos de IBI que se aplican en Logroño (0,545%), Santiago de Compostela (0,510%), Santander (0,459%) o Toledo (0,45%). Pero los niveles más bajos de la lista de capitales son los que se observan en Pamplona (0,338%) y Vitoria (0,222%).
Evidentemente, el tipo impositivo es solamente una parte de la ecuación. La otra clave radica en el valor catastral del inmueble, valor al que se le aplica posteriormente el tipo decidido desde cada gobierno municipal. Considerando esta variable vemos, por ejemplo, que Barcelona o Madrid aparecen por delante de Valencia en la lista de la Agencia Tributaria, ya que sus referencias catastrales son más altas y, por tanto, aun aplicando tipos más bajos, la factura tributaria final es mayor.