El empresario Américo Amorim, dueño del grupo que lleva su nombre y conocido como el rey del corcho, ha fallecido hoy a los 82 años. Amorim tenía problemas de salud, y en los últimos años había sido sometido a hasta seis operaciones de corazón.
El empresario contaba con una fortuna de 4.400 millones de euros, según la revista estadounidense Forbes, basada sobre todo en el sector del corcho, donde el Grupo Amorim es líder mundial. Está considerado como el hombre más rico de Portugal.
Amorim nació en 1934 en Santa Maria da Feira e ingresó en la empresa familiar de producción de corcho, que pasó a liderar en 1952 y convirtió en un imperio empresarial, presente en países de los cinco continentes.
El empresario diversificó sus inversiones hacia otros sectores como la banca, el inmobiliario, el turismo y la energía, lo que le llevó a ser también el mayor accionista de la petrolera portuguesa Galp Energía.
También llegó a ser uno de los accionistas de referencia del Banco Popular español, pero se desprendió de sus acciones en la entidad en 2013.
El empresario tenía tres hijas y la primogénita, Paula Amorim, asumió la presidencia del grupo en noviembre de 2016.