Semana grande para Albert Rivera. El líder de Ciudadanos estaba eufórico este jueves, cuando anunciaba el acuerdo con el Gobierno para votar el techo de gasto que incluía la exigencia de su formación de una rebaja en el IRPF para las rentas más bajas. Al principio Cristóbal Montoro se negó. El ministro de Hacienda quería retrasar el anuncio a 2019, más cerca de las Elecciones Generales. Dijo que no había margen. Intentó incluso negociar con el PSOE. Pero no puedo. O cedía ante las exigencias naranjas o perdía la votación en el Congreso. Y cedió.
El órdago de Rivera y los suyos había salido bien. Le habían aguantado el pulso al Gobierno y salían triunfadores. La jugada era redonda: ellos se apuntaban el tanto de ser el partido que quiere bajar los impuestos y al mismo tiempo se dibujaba la imagen de un Ejecutivo que sólo lo hace a regañadientes y siempre buscando un cálculo electoral. ¿Habilidad negociadora de Cs o impericia del Gobierno? Probablemente un poco de cada, pero con un resultado que fortalece claramente a los de naranja.
Entre el complemento salarial para jóvenes anunciado entre Toni Roldán y Fátima Báñez hace unos días y esta rebaja en el IRPF, Ciudadanos tiene argumentos más que de sobra para una buena temporada, para vender a sus votantes y a los que se lo están pensando que sale a cuenta apoyarles, que ellos sí consiguen cambiar las cosas de verdad. Este mismo jueves un miembro de la ejecutiva del partido recordaba una realidad: "Nunca un Gobierno español había bajado impuestos por una exigencia de un partido de la oposición". Y lo han logrado ellos.
Dicho esto, hay numerosas incógnitas acerca de cómo se implementará la medida. Ya en 2014, el Gobierno anunció que los que ganasen menos de 12.000 euros no pagarían IRPF. Y el titular queda muy bonito, pero la pregunta es cómo se conseguirá. En aquel momento, lo que se hizo fue subir el umbral mínimo de retención a los 12.000 euros anuales. Es decir, el impuesto seguía tal cual: con los mismos mínimos personales (5.550 € para los contribuyentes sin personas a cargo), los gastos deducibles de carácter general (2.000 euros para todos los trabajadores) y la reducción por rendimientos de trabajo (3.700 euros para ingresos inferiores a 11.250 euros, que se van reduciendo hasta los 14.450 euros).
Ahora no está claro cómo se hará. De hecho, todo apunta a que ni siquiera está al 100% decidido. Vamos, que una cosa es el acuerdo político (que los mileuristas no paguen IRPF), que sí está cerrado. Y otra la parte técnica, que sigue abierta. Aunque sí pueden sacarse algunas conclusiones de lo que ya sabemos.
- Las soluciones: hay dos opciones. La primera es subir el mínimo exento sujeto a retención de 12.000 a 14.000 euros.
La otra (más limpia desde un punto de vista técnico) es subir la "reducción por rendimientos del trabajo" para que cubra hasta esos 14.000 euros. Significaría pasar de 3.700 a 6.450 por este concepto para todos los que ganen menos de 14.000 euros. De esta manera, la suma del mínimo personal (5.550) + Gastos Deducibles (2.000) + Reducción (6.450) daría como resultado que nadie con menos de 14.000 de ingresos por rendimientos del trabajo pagase IRPF.
- ¿Y los que ganen 14.100 euros?: aquí llega el segundo problema para los responsables de Hacienda. Si uno simplemente sube el mínimo exento sujeto a retención de 12.000 a 14.000 euros se puede encontrar con un enorme escalón tributario a partir de esta cifra. Ahora no se daba esa situación porque la reducción por rendimientos de trabajo (que empieza a descender en 11.250 euros) seguía produciendo efectos parciales hasta los 14.450 euros.
Si no se hace nada más, lo que puede ocurrir es que alguien que gane 14.500 euros y que no pueda beneficiarse de la subida de ese mínimo exento, tenga que pagar el 19% a partir del primer euro de su base imponible (pongamos que son 7.000 euros porque es soltero sin hijos y sólo se deduce los 2.000 euros que aplican a todo el mundo).
Esto es lo que nos lleva a pensar que, de las opciones posibles, Hacienda escogerá la de subir la reducción de los rendimientos del trabajo.
- ¿14.000 o 18.000?: son las dos cifras que más se han escuchado y pueden llevar a engaño. Los 14.000 euros son el límite para no pagar nada de IRPF. Los 17.500-18.000 son el tope para beneficiarse de las novedades.
Precisamente para evitar ese escalón del que hablábamos antes, Hacienda tendrá que establecer una senda de descendente que lleve la reducción de los rendimientos del trabajo. Todavía no está definido cómo se hará y cuál será el coeficiente reductor. De hecho, el Gobierno sólo ha reconocido que se aprobará una reducción "decreciente" del IRPF para las rentas de hasta 17.500 o 18.000 euros, si bien la banda exacta está pendiente de concretarse.
- ¿Y los que ganan más?: los que tengan ingresos de rendimientos del trabajo superiores a esos 17.000 euros no ganarán nada con la medida. Otra cosa sería si se hubiera bajado el tipo mínimo o se hubiera subido el mínimo exento (los 5.550 euros). Entonces sí afectaría a todos los contribuyentes: aunque se podría decir que le medida estaba dirigida sobre todo a las rentas bajas, algo habría beneficiado al resto. Al hacerse a través de la reducción de los rendimientos del trabajo y hacer que ésta desaparezca en el entorno de los 17.000 -18.000 euros, los salarios superiores a esa cifra seguirán pagando exactamente el mismo IRPF que ahora.
- ¿A cuántos beneficia?: los promotores de la medida hablan de 2,8 millones de contribuyentes con ingresos inferiores 17.000 euros, que se ahorrarán de media unos 500 euros al año. Los que ganen 14.000 euros serán los más beneficiados con más de 700 euros de ahorro (esto puede variar ligeramente en función de los mínimos personales y familiares de cada contribuyente).
- ¿Otro tramo de la muerte?: Luis Garicano, el responsable de Ciudadanos en temas económicos, alertaba hace unos días en Twitter de un tramo en el que los mileuristas pagaban un marginal del 45%, superior incluso al de los sueldos más elevados.
Tipo marginal IRPF en España. Los mileuristas (12000 euros año) pagan el mismo tipo MARGINAL, casi 45%, que los más ricos. 1/n pic.twitter.com/afhuSjHg2q
— Luis Garicano (@lugaricano) July 3, 2017
No es que hubiera una conspiración contra los sueldos bajos. Se trata de un problema que deriva del diseño del impuesto y de la peculiar "reducción por rendimientos del trabajo" de la que hemos hablado en varias ocasiones en este artículo. Hasta ahora, a partir de los 12.000 euros anuales, entraban en juego dos factores que perjudicaban a los mileuristas: por una parte, iba disminuyendo esa reducción; por otra, comenzaba a aplicarse el primero de los tipos del IRPF, el 19% que se cobra por los primeros 12.450 euros de base imponible. Como explicaba Garicano, la suma de los dos efectos más las cotizaciones sociales provocaba un impuesto sobre el neto de hasta el 45%.
Era injusto y desincentivador. ¿Se termina ahora con esa pecualiridad de nuestro sistema fiscal? En realidad no. Lo que se hace es pasar ese "tramo de la muerte" de los 12.000 a los 14.000 euros. Para saber cómo quedará habrá que esperar a ver cómo se diseña la medida en ese tramo de los 14.000 a los 17.000 euros, pero ya advertimos de que tiene una mala solución técnica (salvo que quieras meterte en un rediseño completo del impuesto, algo que no está en las intenciones de ninguno de los implicados).
Si se quiere una rebaja muy focalizada en un grupo y que no afecte al conjunto de los contribuyentes (es decir, si no quieres tocar tipos ni mínimos exentos) el propio diseño del impuesto no da muchas más opciones. Aunque hay que recordar que el saldo final será positivo hasta los 17.000 euros, el tipo marginal, que tan importante es en las decisiones individuales de cada trabajador, podría incrementarse para muchos de estos contribuyentes.
- ¿Hay más rebajas?: sí y para muchas familias serán más importantes que el famoso mínimo de los 14.000 euros. Junto con esta medida, se ha aprobado un aumento de la deducción por discapacidad y una ampliación de la de natalidad. También habrá una nueva deducción por atención a familiares en determinadas circunstancias. En total, sumando el coste de todas las medidas, hablamos de 2.000 millones de euros que los contribuyentes se ahorrarán el próximo año, si cumplen los diferentes requisitos.