El nuevo episodio de tensión entre el gobierno de Grecia y sus acreedores ha tenido como protagonista secundario e involuntario a un técnico de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Se trata de Pedro Pablo Núñez, un directivo que acudió a Atenas en el marco de las negociaciones entre el Eurogrupo y el Ejecutivo heleno.
Según recuerda el diario El Mundo, todo empieza a mediados de 2011, cuando el alto cargo de la SEPI se suma a uno de los grupos de trabajo constituidos por el Eurogrupo para gestionar el "rescate" de la economía griega. Pedro Pablo Núñez fue seleccionado como miembro del Comité del Fondo Griego para el Desarrollo de Activos, un cargo para el que fue reelegido en 2014.
Su trayectoria le avalaba para esta tarea. A comienzos de los años 90, la Unión Europea le envió a Rusia con el objetivo de prestar asesoría a la Misión de Identificación de Proyectos de Privatización. Este eje de trabajo de Bruselas se enmarcaba en el llamado Programa de Asistencia Técnica, que buscaba apoyar a las élites rusas a la hora de desmontar el comunismo y avanzar hacia el mercado.
En el verano de 2011, Pedro Pablo Núñez da el "sí" al Eurogrupo y empieza sus idas y venidas a Atenas. Se había convertido en uno de los hombres de negro, es decir, en uno de los técnicos enviados por los acreedores para asesorar en los diversos puntos contemplados en el programa de "rescate".
Junto a él, un italiano y un eslovaco
El diario griego Mononews explica que todo se torció cuando Pedro Pablo Núñez cumplía ya tres años sumergido en las tareas de ayuda a Grecia. La operación en cuestión era la venta de casi treinta activos estatales a través de un fondo estatal de privatizaciones. En juego, 260 millones de euros. Pero la actuación terminó en los tribunales, entre alegaciones de posibles irregularidades.
El caso es que, aunque Pedro Pablo Núñez solamente ha participado en calidad de asesor de la misión técnica enviada por el Eurogrupo, la Justicia helena ha terminado imputándole en la investigación. Idéntica suerte es la que han corrido otros dos compañeros: el italiano Paolo Maranca y el eslovaco Ivan Gransky.
El gobierno español se ha cansado de esta situación y ha decidido pasar a la acción. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha exigido que se solucione este episodio lo antes posible, destacando que "tanto España como Italia estamos dispuestos a bloquear el nuevo tramo del "rescate" si no se zanja de forma definitiva este asunto". De Guindos pidió en la última cumbre del Eurogrupo que se proteja a Pedro Pablo Núñez y al resto de los tecnócratas implicados.
"Grecia hará lo que sea necesario"
El periódico Kathimerini, uno de los más influyentes del país mediterráneo, explica que fuentes del gobierno heleno aseguran que, "en el marco de la ley, Grecia hará lo que sea necesario para que el problema que ha surgido con estos técnicos sea resuelto con la mayor rapidez y eficacia. No debe haber motivos para la preocupación".
El entendimiento con el que se articulan estas misiones de asesoría parte del principio de inmunidad total para los técnicos elegidos para asesorar en estas labores. De hecho, el charter con el que se articuló el fondo estatal de privatizaciones (conocido como HRADF por sus iniciales) asume este estatus para los "hombres de negro". Sin embargo, la Justicia helena ha insistido en citar a Pedro Pablo Núñez, Paolo Maranca e Ivan Gransky entre los investigador por la operación, generando un enorme malestar que ahora ha desembocado en un enfrentamiento diplomático.
Pedro Pablo Núñez ya ha testificado en Atenas y ha recordado que su recomendación no era vinculante, insistiendo en que los tecnócratas enviados a Grecia jamás tuvieron una gestión directa del presupuesto heleno, sino que actuaron siempre en calidad de asesores y observadores del programa de "rescate". La defensa de los tres "hombres de negro" ha insistido en subrayar que la decisión fue tomada por la Junta del HRADF, mientras que ellos simplemente prestaron consejo a la entidad.